Stephen Hawking ha declarado que no logra comprender la popularidad de Donald Trump, el previsible candidato republicano a las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El programa Good Morning Britain, de la televisión británica ITV, ha preguntado al hombre que ha ampliado el conocimiento que tiene el mundo sobre el tiempo, el espacio, las estrellas, las galaxias y los agujeros negros si podía explicar la atracción popular que ejerce el magnate multimillonario.
Hawking, el autor de uno de los libros más vendidos del mundo y quizá el científico vivo más famoso del planeta, ha respondido: “No puedo. Es un demagogo que parece atraer al mínimo común denominador”. También se ha atrevido a hablar una vez más sobre temas políticos: ha llamado a los votantes británicos a apoyar la campaña por la permanencia en la Unión Europea en el referéndum que se celebrará el 23 de junio, no solo por razones económicas y de seguridad, sino también por el bien de la ciencia. En marzo, advirtió de que la perspectiva del Brexit era “un desastre” para la ciencia.
“Ya acabaron los tiempos en que podíamos estar solos, contra el mundo”, ha dicho en el programa de televisión matinal. “Necesitamos formar parte de un grupo más grande de naciones, tanto por nuestra seguridad como por nuestro comercio. La posibilidad de que salgamos de la UE ya ha conducido a una intensa caída de la libra, porque los mercados consideran que perjudicará a nuestra economía”.
Hawking también se ha referido a la mayor preocupación de mucha gente: la inmigración. “Hay dos razones obvias por las que deberíamos permanecer. La primera es que eso fomenta la movilidad de la gente. Los estudiantes pueden venir a estudiar aquí desde los países de la UE, y nuestros estudiantes pueden ir a otras universidades europeas. Y, más importante: en el ámbito de la investigación, el intercambio de personas permite la transferencia más rápida de habilidades, y trae a nuevas personas con ideas diferentes, derivadas de sus diferentes contextos”, ha señalado. “La otra razón es económica. El Consejo Europeo de Investigación ha concedido grandes subvenciones a instituciones británicas para promover intercambios”.
El científico de Cambridge, al igual que Isaac Newton hace 350 años, fue profesor lucasiano de física en la Universidad de Cambridge. En 1963 le diagnosticaron una enfermedad motoneuronal y le dieron dos años de vida. Sin embargo, escribió Breve historia del tiempo y se convirtió en uno de los autores de libros más vendidos del mundo, y uno de los científicos más reconocidos al instante: ha aparecido en su silla de ruedas tanto en Star Trek como en Los Simpsons.
Puesto que se comunica con dificultades, usando una voz informatizada que pronuncia las palabras letra por letra, hay que considerar sus opiniones como algo muy meditado.
Y, a lo largo de los años, ha manifestado sus opiniones sin remordimientos, no solo en nombre de sus compañeros científicos, y en el de los discapacitados de Reino Unido, sino en temas más amplios: participó en un boicot académico en protesta contra el trato de Israel a los palestinos, apoyó un proyecto reciente de 100 millones de dólares para acelerar una nave espacial diminuta a un quinto de la velocidad de la luz y enviarla al sistema estelar más próximo, se ha manifestado a favor del suicidio asistido para los enfermos terminales, ha defendido el ateísmo, ha protagonizado pronunciamientos ominosos sobre la investigación en inteligencia artificial e incluso ha invitado a los fans de One Direction a imaginar un universo alternativo en el que Zayn Malik aún forme parte del grupo.
Su último regreso a la política del referéndum es menos sorprendente: muchos de los científicos de mayor renombre en Reino Unido han respaldado la campaña por la permanencia en la Unión Europea.
Los entusiastas del Brexit, sin embargo, no están persuadidos. “La UE ha sido mala para la ciencia: ha incrementado los costes y la burocracia. La directiva sobre los ensayos clínicos, por ejemplo, ha supuesto duplicar el coste de la investigación sobre el cáncer, como han reconocido grandes científicos y profesionales sanitarios”, ha argumentado el director ejecutivo de la campaña Vote Leave, Matthew Elliott.
“En la era de Internet, es evidentemente ridículo insinuar que el referéndum tendrá consecuencias sobre el intercambio de información entre científicos. Y con nuestras universidades de primera categoría, es probable que la cantidad de científicos que quieren estudiar aquí no haga otra cosa que aumentar”, ha añadido Elliott. “Damos más dinero a la UE del que recibimos, lo que significa que podríamos gastar más en ciencia si votamos a favor de la salida”.
Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo