Cinco segundos después de medianoche, Ian Power se convirtió en el propietario del primer gramo de marihuana para uso recreativo que se ha vendido en Canadá. Tras esperar durante horas a la intemperie, un emocionado Power entró en la única tienda de marihuana abierta de St John's, Terranova, e hizo su compra.
“Creo que es uno de los momentos más importantes de mi vida”, explicó a los periodistas que aguardaban en la entrada del establecimiento, Tweed, para presenciar la transacción. Tengo lágrimas en los ojos, ya no tendré que comprar marihuana en callejones“, señaló. Power les explicó que no iba a fumársela; su intención era enmarcarla.
Han pasado tres años desde que el primer ministro, Justin Trudeau, fue elegido por los canadienses con la promesa de legalizar la marihuana. Con esta medida, se pone fin a casi un siglo de prohibición. A partir de ahora, los residentes en Canadá podrán comprar legalmente la droga. El cannabis se prohibió en 1923 y en 2001 el Gobierno lo legalizó, pero solo para fines medicinales.
Sin lugar a dudas, el mundo nos está mirando“, indicó Jody Wilson-Raybould, fiscal general del país, en una rueda de prensa celebrada el miércoles por la mañana. El Gobierno también ha anunciado que indultará a todas aquellas personas que hayan sido condenadas por compra o tenencia de marihuana, siempre que se trate de delitos o faltas menores. Este anuncio representa una victoria para los activistas que aseguraban que la prohibición afectaba especialmente a las minorías raciales.
Los ministros que asistieron al acto pusieron la nota de seriedad y puntualizaron que Canadá sigue teniendo leyes estrictas que prohíben la venta de marihuana a menores de edad y para impedir que se conduzca bajo los efectos de esta sustancia.
Las ventas de cannabis se regirán por un confuso mosaico de leyes provinciales y en ocasiones contradictorias: en Ontario la gente podrá fumar o consumir marihuana en cualquier lugar donde pueda consumir tabaco legalmente, pero en Manitoba la pena por hacerlo será de 672 dólares.
Sin embargo, la preocupación que pueda generar esta confusión no frenó el entusiasmo popular. Para celebrar la ocasión se formaron largas colas en Halifax, ya que los residentes acudieron en masa a las doce tiendas gestionadas por el Gobierno de la provincia. Los establecimientos ya habían advertido que tan pronto como se legalizara la marihuana podrían quedarse sin suministros.
“Me he abastecido”, señaló Isaax Langille al periódico Star Halifax mostrando una compra de 30 gramos, la cantidad máxima legal, por la que había pagado 344 dólares canadienses. Las provincias se han esforzado por diseñar estrategias de precios que disuadan al comprador de optar por el mercado negro, donde el producto puede ser más barato.
El precio por gramo de marihuana no es igual en todo el país. En los Territorios del Noroeste, el precio por Internet es de 13,13 dólares canadienses, comparado con los 5,87 dólares canadienses de Terranova.
Durante años, el país ha contado con dispensarios ilegales de marihuana, que a menudo requieren poco más que una conversación por Skype con un médico y un permiso de conducir en vigor. Es probable que algunos dispensarios sigan funcionando de manera ilegal.
“En los últimos 20 años ya hemos tenido la impresión de que consumir marihuana era legal, pero ahora puedo comprarla legalmente”, declaró Charlie Galley a Star Halifax al salir de un establecimiento de marihuana en Nueva Escocia.
Muchos de los primeros en comprar legalmente la marihuana hicieron referencia a su esperanza de que la legalización cambie la percepción social que se tiene de los consumidores.
“Es importante que muchos dejen de pensar en los consumidores como alguien pasivo que está todo el día sentado en el sofá comiendo patatas fritas”, dijo Hugh Senécal en declaraciones a la CBC de Montreal: “Me levanté a las 3 de la mañana para estar aquí. La mayoría de la gente no lo haría”.
Según la CBC, la Société Québécoise du Cannabis, uno de los minoristas de Quebec, había registrado más de 10.000 ventas a las 9.30 de la mañana.
La provincia más poblada de Canadá no tendrá tiendas físicas, pero poco después de medianoche, el sistema de pedidos por Internet de Ontario comenzó a funcionar, seguido por las críticas en las redes sociales por el torpe diseño de la página web. Es probable que a lo largo del año se abran establecimientos.
En Ontario se organizaron fiestas para celebrar la legalización. Sin embargo, al no disponer de tiendas, los asistentes tuvieron que consumir marihuana que habían comprado de forma ilegal.
En la única tienda de la Columbia Británica, Kamloops, unos pocos esperaban su turno. Me emociona que finalmente tengamos una tienda“, explicó a Global News la primera persona de la fila, que llegó a las 2 de la madrugada para la inauguración de las 9 de la mañana. ”Anoche fue como si fuera Navidad, sentía mariposas en el estómago“.
Uno de los principales periódicos del país se sumó a la fiesta: el Globe and Mail publicó una infografía sobre cómo liar un porro de marihuana.
La posible huelga del único servicio de correos que puede utilizarse para pedidos de marihuana, el Canada Post, amenaza este ambiente de subidón. Las huelgas rotatorias empiezan el lunes por la mañana. Para los consumidores de marihuana que no viven cerca de una tienda física, una huelga implica que si quieren marihuana legal, tendrán que seguir esperando.
Traducido por Emma Reverter