Trabajadoras de McDonalds de diez ciudades estadounidenses (Chicago, Durham, Kansas City, St Louis, Missouri, Los Angeles, San Francisco, Miami, Milwaukee, Nueva Orleans y Orlando) irán a la huelga este martes a la hora de comer para exigir a la empresa unas medidas más duras para atajar lo que llaman “epidemia” de acoso sexual contra la que no se han tomado medidas.
Fue aprobada el pasado 12 de septiembre por los Comités de Empresa de Mujeres de decenas de locales, según informó Associated Press, y se espera que se unan centenares de trabajadores. Se inspiran en el #MeToo y, según la organización, será la primera huelga “multiestatal” que se enfoca directamente contra la violencia sexual. El paro, que no se respalda en todos los establecimientos de esas diez ciudades, busca una mejora en los protocolos cuando se produzca una denuncia por acoso, tanto en la agilidad del procedimiento como en la formación de encargados y gerentes.
Entre las mujeres impulsoras, según también AP, se encuentran varias que presentaron en mayo diez quejas ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC en sus siglas en inglés) por “acoso generalizado” en las franquicias. Aquellas denuncias alegaban que cocineras y cajeras habían sido agredidas sexualmente o recibido comentarios sexuales de compañeros o supervisores. En algunos casos habían sido despedidas tras sacarlo a la luz. En octubre de 2016 ya se habían presentado ante el mismo organismo quejas del mismo tipo.
Una de esas mujeres, Tanya Harrell, relata en the Guardian cómo dos compañeros de trabajo la acosaron sexualmente, llegando a vivir un intento de violación en un baño del local en el que está empleada. Otra, Adrianna Alvarez, que ha formado parte de otro restaurante en Chicago durante nueve años, dice que el problema es a nivel “nacional y mundial”: “Están asustadas (...) Son mujeres cuyas vidas dependen de ese trabajo”.
La huelga está apoyada por la plataforma Fight for $15, de lucha por la mejora salarial en los restaurantes de comida rápida; y por Time’s Up Legal Defense Fund, que proporciona apoyo jurídico a las mujeres sin recursos que denuncien acoso sexual. La empresa alega una política de “tolerancia cero” específica y respondió a Associated Press que tienen un compromiso que se cumple en sus franquicias, aunque adelantó que están valorando incorporar agentes externos para un mayor control.