Donald Trump ha llegado este lunes al tribunal de Manhattan, en Nueva York, para enfrentarse al juicio por la falsificación de documentos sobre los pagos a una actriz porno. Se trata de un juicio histórico, ya que es la primera vez que un expresidente es juzgado en un caso penal y la sentencia puede cambiar completamente el panorama electoral. Si Trump es declarado culpable, puede enfrentarse hasta a cuatro años de prisión.
El expresidente ha comparecido a las puertas del tribunal a las 9.30 hora local (15.30 hora peninsular española). “Esto es persecución política, una persecución como nunca antes ha habido. Es un asalto a Estados Unidos. Y por eso estoy muy orgulloso de estar aquí. Esto es un asalto contra nuestro país, un país que está fracasando”, ha dicho antes de entrar en la sala y sin contestar a las preguntas de los periodistas congregados ante el tribunal.
Siguiendo en la tónica habitual, Trump no ha desperdiciado la oportunidad de convertir una vez más sus causas legales en una arma política para hacer campaña. Cuando al expresidente se le imputó por este caso, ya aseguró que estaba siendo víctima de “una caza de brujas”. Es una estrategia que ya usó en otros juicios —como el que le vio condenado por difamar a la escritora E.Jean Carroll—y que le ha dado buenos resultados en el proceso de primarias para la nominación como candidato del Partido republicano.
Sobre las espaldas de Trump pesan 34 delitos, entre los cuales está falsificar documentos para maquillar el pago que realizó a la actriz porno Stormy Daniels a las puertas de las elecciones de 2016, para comprar su silencio y para que no hiciera público que habían mantenido relaciones. El exabogado de Trump, Michael D. Cohen, fue el encargado de entregar el dinero a la actriz y confesó que en total le pagó 130.000 dólares.
Durante la primera sesión de este lunes se elegirán a las 12 personas que conformarán el jurado encargado de dictaminar si Trump es culpable o no. Este proceso podría alargarse incluso más de dos semanas y el juicio podría acabar celebrándose en junio. El juez Juan M.Merchan también ha desplegado una orden de silencio, impidiendo al expresidente atacar a testigos, fiscales, jurados y a la familia del juez. Las semanas anteriores al inicio del juicio, Trump se había dedicado a poner en la diana a la hija de Merchan, Loren, a través publicaciones incendiarias en sus redes.
La selección del jurado será crucial tanto para la acusación como la defensa. Este lunes se ha convocado a centenares de personas que podrían ser elegidas como potenciales miembros del jurado, aunque la realidad es que no todo el mundo quiere participar en un caso tan mediático como este. Es por ello que el juez Juan M.Merchan tiene la potestad de excusar a aquellos que crean que no van a ser justos en su decisión y así lo argumenten. Quienes sí deseen seguir adelante y tener la opción de convertirse en uno de los doce miembros del jurado deberán responder un test de 42 preguntas.
Debido al perfil político de Trump (que tiene tanto detractores como defensores acérrimos), los abogados también podrán solicitar la destitución de aquellos candidatos que consideren inadecuados, siempre y cuando puedan justificar la causa. Además, al celebrarse en Manhattan, las personas que han sido convocadas como potenciales miembros del jurado provienen de esta zona. A efectos prácticos, esto significa que la acusación juega con ventaja, ya que se trata de uno de los barrios más demócratas de todo Estados Unidos.
Aún así la defensa espera que haya una absolución o que se registre al menos una abstención entre el jurado, lo que obligatoria a anular el juicio. Para que haya veredicto es necesaria una decisión unánime.
De todo el rosario de juicios que tiene Trump, este puede ser el único que llegue a puerto antes de las elecciones. El caso de Georgia por el intento de cambiar el resultado electoral en este estado, así como el caso federal que también incluye el asalto al Capitolio y el de los papeles clasificados en su residencia de Mar-A-Lago podrían acabar postergándose hasta después de las elecciones. Durante las semanas que hay por delante, Trump deberá compaginar su asistencia al tribunal de Manhattan con los mítines de campaña.