No hay tregua judicial para Donald Trump: sus causas pendientes con la justicia están empezando a acorralarle. Después de convertirse a principios de mes en el primer mandatario –en activo o retirado– procesado en la historia de Estados Unidos, en la última semana de abril ha recibido dos nuevos embates legales.
El miércoles comenzó a testificar en Nueva York la columnista E. Jean Carroll, que lo acusa de haberla violado en los años noventa en los probadores de unos grandes almacenes. El testimonio siguió el jueves, mientras Trump reiteraba en un mitin en Manchester (New Hampshire) que un perverso estado profundo está conspirando contra él a base de investigaciones judiciales. Y paralelamente, su exvicepresidente, Mike Pence, declaraba ante el gran jurado que investiga el papel de Trump –por acción u omisión– en el asalto al Capitolio.
A unos 500 kilómetros de ambos tribunales, el magnate ofrecía otro de sus espectáculos. Se ha permitido, ante las carcajadas de sus seguidores, apodar a su más que probable rival en las presidenciales del año que viene como “Crooked Joe” (Joe el Corrupto) e imitar una de aquellas escenas en las que, desorientado, se pierde en el escenario y da la mano al aire.
En su discurso, Trump ha evitado referencias directas a los dos juicios que embarran todavía más su expediente, y se ha centrado en la crítica directa a Biden, que el martes anunció que se presentará a la reelección. Lo ha tildado de “persona sin esperanza” que es un “peligro para la democracia” y que “no tiene ni idea”; y ha dicho, sin aportar más pruebas, que dejó a Biden “una economía en expansión”, pero que el presidente “la hizo añicos”.
Ammar Mousa, una portavoz del Comité Nacional Demócrata, no se ha demorado en responder a tales falsedades: “Las mentiras de Trump no cambiarán el hecho de que tiene el peor registro de empleo de cualquier presidente desde la Gran Depresión y que puso la economía al servicio de los ultrarricos y las grandes corporaciones. Su gestión de la economía fue un desastre abyecto, en marcado contraste con los más de 12 millones de puestos de trabajo que la administración Biden-Harris ha ayudado a conseguir para Estados Unidos en solo dos años”.
Trump también arremetió contra sus posibles rivales republicanos, citando encuestas que lo muestran con una ventaja de dos dígitos sobre el gobernador de Florida, Ron DeSantis –al que se ha referido como “Ron DeSanctus”–. Una encuesta de Fox News publicada el miércoles mostraba a Trump con una ventaja de 32 puntos sobre DeSantis. Sin embargo, perdería por un estrecho márgen (3,2%) en un duelo directo contra Biden, según la última encuesta de WPA intelligence.
También ha dicho que evitará debates durante las primarias del Partido Republicano, amparándose en dos de sus más manidos referentes: “Nixon, Reagan y Bush... no, ninguno de ellos debatió en las primarias. En serio, teniendo en cuenta mis buenos números, ¿qué sentido tendría que lo hiciera?”. “Pero espero con impaciencia el debate con Joe, el corrupto Joe”, ha añadido.
El testimonio de Mike Pence
Quien fuera vicepresidente del país en los tiempos de Trump, Mike Pence, finalmente ha declarado este jueves ante el gran jurado que investiga los hechos del 6 de enero de 2021. Al igual que en el caso Stormy Daniels, que conllevó el 31 de marzo la imputación de Trump, este jurado podría acusar formalmente al expresidente por insurrección y otros tres delitos. Así lo recomendó al Departamento de Justicia la comisión parlamentaria que investigó los hechos el año pasado, hasta que fue disuelta por la nueva mayoría republicana surgida de las elecciones de mitad de mandato.
El expresidente ha estado intentando evitar la declaración de uno de los testimonios clave de lo que ocurrió el día en que una turba de manifestantes asaltó el Capitolio, la sede de la democracia norteamericana, cometiendo el mayor ataque de la historia moderna a este icónico edificio federal. Trump presentó un recurso para que Pence no pudiera testificar, pero el juez federal se lo denegó el miércoles y, un día después, ya estaba declarando en el tribunal.
Pence había sido citado por Jack Smith, el fiscal especial que busca la imputación de Trump por intentar subvertir el resultado de las presidenciales de 2020 y bloquear la transferencia pacífica del poder al ganador, Biden. Es el mismo fiscal que investiga el manejo de documentos clasificados que el FBI requisó de la residencia privada del expresidente, Mar-a-Lago, en Florida.
La declaración del exvicepresidente, que se ha hecho a puerta cerrada, gana interés en estos momentos, no solo por su alto perfil, sino porque también suena como posible rival de Trump en las primarias del próximo año. Él mismo ya ha manifestado que le genera incomodidad testificar y, de hecho, intentó evitarlo antes que Trump lo hiciera, pero acató la orden del juez. Sin embargo, no está obligado a declarar acerca de sus actuaciones el 6 de enero de 2021, así que puede que el testimonio termine por no ser de gran valor.
Ese día, Pence ejercía de presidente del Senado (como marca la Constitución para los vicepresidentes, un cargo que ahora ejerce Kamala Harris). En sus manos estaba paralizar la certificación de la victoria de Biden, algo que Trump le pidió expresamente, pero Pence se negó, desatando el enfado del exmandatario. De hecho, ese fatídico día de enero, la turba de manifestantes gritaba su nombre y llamaba a “colgarlo” al tiempo que saltaba la barrera policial.
“Estoy aquí porque Donald Trump me violó”
Este jueves también ha tenido lugar la segunda jornada del testimonio de la periodista E. Jean Carroll, que el miércoles explicó los detalles de la supuesta violación de Trump en 1996. La escritora, que demandó al expresidente por difamación y violación, compareció como testigo en el juicio civil –no penal, a diferencia del caso Stormy Daniels, donde se acusa a Trump de hasta 34 cargos–.
El miércoles, la columnista respondió a las preguntas de su abogado, Mike Ferrara, y describió con detalle lo que recordaba de la supuesta violación que, según ella, tuvo lugar en unos grandes almacenes de lujo. “Estoy aquí porque Donald Trump me violó y, cuando escribí sobre ello, dijo que no había ocurrido. Mintió y destrozó mi reputación y estoy aquí para intentar recuperar mi vida”, declaró al inicio de su testimonio, según la agencia AP.
Por aquel entonces, Carroll presentaba en televisión el programa Pregúntale a E. Jean, donde daba consejos sentimentales y sexuales. “Hola, tú eres la mujer de los consejos”, le dijo Trump, según relata Carroll. “Hola, tú eres el magnate inmobiliario”, contestó ella. Entonces, el empresario se la habría llevado a diferentes secciones de la tienda, hasta que llegó a la sección de lencería y le pidió que se probase un body. Ahí, la empujó contra la pared, golpeando su cabeza, le metió mano, le bajo las medias y la violó, según la versión que dio el miércoles la columnista.
El jueves le tocó el turno al abogado de Tump, Joseph Tacopina, que intentó desacreditar su testimonio y demostrar que todo es mentira y que la escritora actúa motivada por el interés propio, la fama y el dinero. Tacopina le preguntó por la “supuesta” violación, a lo que Carroll contestó: “No es 'supuesta', fui violada”. Entre los argumentos del abogado está que la demandante declaró no haber chillado durante la violación. “Esta es la cuestión: tenía demasiado pánico como para gritar”, respondió Carroll, “se lo estoy diciendo: me violó, chillara o no”.