Alexis Tsipras ganó las elecciones el 25 de enero con un 35% de los votos. Y se quedó a un escaño de la mayoría absoluta. El pacto con ANEL, derecha opuesta a la trika y la austeridad que pregona, le ha permitido gobernar estos cinco meses y medio y ganar un referéndum, vital para la supervivencia del Gobierno, con el 62% de los votos. Pero el acuerdo alcanzado este fin de semana puede suponer una amenaza para la solidez parlamentaria del Gobierno.
Este martes se reúne el grupo parlamentario de Syriza, después de que este lunes por la tarde se haya reunido el Gobierno. El primer ministro griego ha admitido que la aplicación del acuerdo será “difícil”, pero que cree que “la gran mayoría del pueblo griego” apoyará el esfuerzo para volver al crecimiento y reconocerá que el Gobierno “dio la batalla” hasta el final.
El socio de Tsipras, Panos Kamenos, líder de ANEL y ministro de Defensa, no está apoyando el acuerdo, lo cual tampoco ayuda a la estabilidad del Ejecutivo.
La reestructuración del Gobierno cada vez suena con más fuerza, si bien la convocatoria de elecciones se intentará evitar hasta que empiece a normalizarse la situación en el sector bancario.
El ministro de Trabajo griego, Panos Skurletis, ha aventurado que habrá elecciones anticipadas este año y que hasta entonces o bien habrá un Gobierno de amplia coalición o bien se buscarán apoyos puntuales de la oposición para poder aplicar las reformas acordadas con la eurozona. “En este momento hay un problema con la mayoría gubernamental”, ha señalado Skurletis en declaraciones a la televisión pública, ERT, a raíz de las disidencias internas que ha provocado la negociación con los socios.
El ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, tan solo había obtenido el sábado un mandato parlamentario para negociar gracias a un fuerte apoyo de los partidos de la oposición, pues entre las filas de Syriza hubo 17 diputados que o bien se abstuvieron (8), se ausentaron (7) o incluso votaron en contra (2), lo que impidió al Gobierno obtener la mayoría propia.
Entre las abstenciones figuraron el ministro de Energía y portavoz de la Plataforma de Izquierda de Syriza, Panayotis Lafazanis, y el ministro adjunto de Seguridad Social, Dimitris Stratulis, quienes puden verse en la tesitura de dimitir por no haber respaldado al Gobierno. “No puedo culpar a quien se vea incapaz de decir 'sí' a este acuerdo”, afirmó Skurletis, antes de invitar a dimitir a los dos diputados que rechazaron la propuesta. Por su parte, el portavoz parlamentario de Syriza, Nikos Filis, abogó por que las medidas sean aprobadas con el apoyo de los diputados del partido de Gobierno, ya que lo consideró la manera más justa de legislar. “No estamos intentando que parezca mejor de lo que es, y lo decimos claramente: este acuerdo no nos representa”, añadió Skurletis.
La Plataforma de Izquierda de Lazanis ha publicado este lunes un duro artículo en su página web, iskra.gr, contra el acuerdo alcanzado por Tsipras, que califica de “memorando de destrucción del país”. Kasimis Christos, dirigente de la corriente, describe el acuerdo como “humillante para Grecia y el pueblo griego” el “memorando oneroso” que “extiende la tutela de la troika, la esclavitud social y el estatus colonial de los acreedores bajo la tutela alemana de la UE”.
Christos concluye: “Las fuerzas de la izquierda radical, los trabajadores, los jóvenes, la mayoría social afectada en el país continuará la lucha por la abolición completa de memorandos, la eliminación de la mayor parte de la deuda y la nacionalización de los bancos, así como la reconstrucción productiva y la redistribución de la riqueza en favor de los trabajadores y los sectores más débiles de la sociedad”.
Se da por hecho que diputados de esta corriente se abstengan o se ausenten de la votación en el Parlamento sobre el acuerdo, y alguno de ellos, como Zoe Constantopoulou, podría dejar el escaño, según el medio Kathimerini.