Alexis Tsipras reconoce la derrota y avisa que se quiere preparar para volver. El primer ministro saliente de Grecia ha comparecido ante los medios –sin preguntas– en el palacio de Zappeion, en Atenas, dos horas y media después del cierre de los colegios, cuando el escrutinio estaba al 60% y la victoria de la derecha de Nueva Democracia era incontestable.
“He contactado con Mitsotakis para felicitarle. El cambio de poder es natural”, ha reconocido Tsipras: “Tenemos que respetar el deseo de la gente, no voy a imitar a mis predecesores, voy a dar la bienvenida a Kyriakos Mitsotakis este lunes en el palacio Maximus [residencia del primer ministro griego] para hacer el traspaso de poder”.
La derecha ha conseguido la mayoría absoluta, con el 39,6% de los votos, mientras que Syriza se queda en un 31,5%. Los datos también auguran la entrada en el Parlamento griego de Yanis Varoufakis, el mantenimiento del KKE y un retroceso para los neonazis de Aurora Dorada, que podría quedarse fuera.
Tsipras ha lanzado un aviso: “Espero que en el regreso de Nueva Democracia no sea una oportunidad para vengarse, no vayan contra lo que ha conquistado la gente. Syriza estará aquí para hacer oposición”.
El líder de Syriza reconoce que estos cuatro años de Gobierno han sido “en un momento muy difícil. Quizá no sabíamos el riesgo, pero creíamos en el poder de nuestra gente, con la cabeza alta. Recibimos un país en bancarrota, con las arcas públicas vacías y gran parte de la población en la pobreza. Hoy tenemos superávit, crecimiento, con intereses más bajos y un país respetado internacionalmente. Para conseguirlo hemos tenido que tomar decisiones difíciles, con un coste caro”.
“Hoy Nueva Democracia ha ganado claramente”, ha reconocido Tsipras: “El resultado no es una derrota estratégica para Syriza, vamos a luchar duramente para que esta derrota sea sólo temporal. Syriza ha venido de partido protesta con un 4% a gobernar en el momento más difícil de nuestra historia desde la dictadura. Nos votó un 35% [en septiembre de 2015] para parar los desastres de la austeridad y los memorandos. Creo que hemos hecho buen uso de ese voto, hemos conseguido lo que queríamos, hacer avanzar al país”.
Parte de la autocrítica de Tsipras ha venido de las dificultades para reforzar a Syriza como partido estos años: “Porque estábamos comprometidos con este objetivo, fuimos incapaces de hacer crecer el partido, y convertir a los votantes en simpatizantes. Esto es probablemente una parte de nuestra derrota”.
“Hoy nos hemos quedado a cuatro puntos de nuestro triunfo de 2015; hoy hemos recibido un mandato para cambiar el partido, para construir un movimiento de izquierdas, con raíces y en la gente trabajadora. Haré todo lo posible para transformar Syriza en un gran movimiento progresista y democrático para este país”, ha anunciado Tsipras.
El primer ministro griego saliente ha anunciado: “Vamos a seguir aquí para proteger los intereses de la gente trabajadora, vamos a hacer una oposición activa, para defender lo que hemos conseguido y los derechos de la gente y los valores. Nos vamos a preparar para ser más maduros y fuertes para cuando volvamos al gobierno”.
“Hoy”, ha concluido Tsipras, “termina un ciclo difícil, vamos a mirar y evaluar lo que hicimos bien y mal, no voy a negar mi responsabilidad, nunca lo he hecho. Hay que hacerlo para mirar al futuro, hacer cambios para avanzar más fuete que nunca. He aprendido a luchar y trabajar duro, quien no lucha y no trabaja duro no comete errores. Los que luchan cometen errores y aciertan, pero se levantan cuando caen. Mañana estaremos aquí, presentes”.