La UE responde a la amenaza de Boris Johnson por Irlanda del Norte: “No renegociaremos el Brexit”

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
22 de julio de 2021 13:50 h

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Londres dice que el protocolo de Irlanda del Norte es “insostenible”. Y Bruselas responde que “no es renegociable”. El protocolo de Irlanda del Norte, que genera controles fronterizos entre dos partes de Reino Unido (Irlanda del Norte y Gran Bretaña) se ha convertido, una vez pasado el periodo de transición del Brexit, en un problema mayúsculo para Downing Street. En realidad, ya lo avisó la ex primera ministra Theresa May, cuando dijo que “ningún líder británico” lo aceptaría. Y ha tenido razón en diferido: Boris Johnson tumbó su Gobierno, reescribió el acuerdo del Brexit, introdujo este protocolo y, cuando toca aplicarlo, se dedica a prorrogar unilateralmente las moratorias y, además, a decir que es “insostenible”.

Este jueves, han hablado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, para abordar la crisis desatada el miércoles por el documento británico en el que avanzaba el deseo británico de reescribir el acuerdo del Brexit en lo relativo al protocolo, con la amenaza de recurrir a cláusulas del Brexit que pueden anularlo. “El primer ministro [Boris Johnson] ha hablado con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, esta mañana”, explican fuentes británicas: “Han hablado del documento del Reino Unido sobre el Protocolo de Irlanda del Norte publicado ayer [por el miércoles], y ha señalado que la forma en que funciona actualmente el protocolo era insostenible. No se han podido encontrar soluciones a través de los mecanismos existentes. Por eso hemos presentado propuestas para cambios significativos”.

Según Downing Street, Johnson ha instado a la UE “a considerar esas propuestas con seriedad y trabajar con el Reino Unido. Existe una gran oportunidad para encontrar soluciones prácticas y razonables a las dificultades a las que se enfrentan las personas y las empresas en Irlanda del Norte y, por lo tanto, mejorar la relación entre el Reino Unido y la UE”.

La Comisión Europea, por su parte, por medio de su presidenta, Ursula von der Leyen, ha insistido en que el protocolo “no se renegociará”, si bien apela a ser “creativos y flexibles”, lo que augura largas negociaciones sobre un Brexit que se votó en un referéndum en 2016.

Johnson también ha hablado este jueves con la canciller alemana, Angela Merkel. Según fuentes de Downing Street, el primer ministro británico ha trasladado que “la interrupción causada a las personas y empresas en Irlanda del Norte por la aplicación del Protocolo no era sostenible porque no estaba cumpliendo muchos de sus objetivos previstos: minimizar las interrupciones en la vida cotidiana, respetar el lugar integral de Irlanda del Norte en el mercado interno del Reino Unido y preservar el delicado equilibrio en el Acuerdo del Viernes Santo (de Belfast) en todas sus dimensiones”. Así, según el Gobierno británico, Johnson “instó a la canciller y a la UE a participar colectivamente en un debate constructivo sobre las propuestas del Reino Unido”.

Ya el 15 de marzo la Comisión Europea lanzó un procedimiento de infracción contra Reino Unido. Entonces, el Ejecutivo comunitario envió una carta al Gobierno británico que supone una “notificación formal al Reino Unido por infringir las disposiciones sustantivas del Protocolo sobre Irlanda e Irlanda del Norte, así como la obligación de buena fe en virtud del Acuerdo de Retirada del Brexit”, dice Bruselas. Esta notificación marca el comienzo de un proceso formal de infracción contra el Reino Unido. “Es la segunda vez en el espacio de seis meses que el Gobierno del Reino Unido está dispuesto a violar el derecho internacional”, dice el Ejecutivo comunitario.

Si esta vez tiene que ver con prorrogar unilateralmente la moratoria de controles aduaneros en el mar de Irlanda, la primera tuvo que ver con el proyecto de ley de Mercado Interior, que también reescribía el acuerdo del Brexit.

Es decir, la UE se dirigió a la Justicia europea, cosa que ya hizo la anterior vez, con el proyecto de ley de Mercado Interior de Boris Johnson que también reescribía el acuerdo del Brexit y que terminó retirando.

La paradoja es que, precisamente, los problemas que están surgiendo con Irlanda tienen que ver con Boris Johnson. Es decir, el Brexit de Theresa May era menos duro, por lo que Irlanda del Norte y Gran Bretaña permanecían en la unión aduanera de la UE, se evitaba así la frontera en el mar de Irlanda y sólo había que buscar una solución tecnológica para hacer que el paso entre las dos irlandas fuera invisible para respetar el Acuerdo de Viernes Santo.

Así, el protocolo de Irlanda, fruto del empeño de Johnson, genera tantos problemas que no se está aplicando.

Mientras, Bruselas y Londres intentan negociar una salida pero la solución es complicada porque el protocolo dice lo que dice. Así, el Gobierno británico amenaza con no cumplirlo salvo que se modifique. Es decir, amenaza con saltarse el acuerdo del Brexit, cosa que ya hizo a finales del año pasado con el proyecto de ley de Mercado Interior británico, que finalmente se modificó para no violar el acuerdo del Brexit en lo que tenía que ver con el susodicho protocolo de Irlanda del Norte.

En efecto, en el documento de 28 páginas distribuido este miércoles, el Gobierno de Johnson afirma: “El Protocolo no se aparca, pero hacen falta cambios significativos para lograr un 'nuevo equilibrio' sostenible que sitúe la relación entre el Reino Unido y la UE sobre una base estable. Ésta es la única forma de garantizar el Acuerdo de Belfast (Viernes Santo)”.

El negociador de la UE, el vicepresidente de la Comisión Europea Maroš Šefčovič, ha respondido con una negativa a “reescribir el protocolo de Irlanda del Norte” con una nota: “El Protocolo sobre Irlanda es la solución que la UE encontró con el primer ministro Boris Johnson y lord David Frost, y fue ratificado por el Parlamento del Reino Unido, para abordar los desafíos únicos que plantea el Brexit y el tipo de Brexit elegido por el Gobierno británico para la isla de Irlanda. Su objetivo es proteger el Acuerdo del Viernes Santo (Belfast) en todas sus partes, mantener la paz y la estabilidad en Irlanda del Norte, evitar una frontera dura en la isla de Irlanda y preservar la integridad del mercado único de la UE. Para que se logren estos objetivos, se debe implementar el Protocolo. El respeto de las obligaciones legales internacionales es de suma importancia”.

Downing Street asegura que “el Gobierno ha intentado aplicar el Protocolo de buena fe, pero los problemas son importantes y crecientes. Por lo tanto, el Gobierno quiere pactar una solución sostenible que logre un nuevo equilibrio que refleje mejor las circunstancias únicas de Irlanda del Norte y cumpla con todos los objetivos del Protocolo. Los lazos económicos, políticos y culturales que existen Este-Oeste [Irlanda del Norte-Gran Bretaña] deben ser tratados con la misma sensibilidad que los que existen Norte-Sur. Esto es esencial para garantizar que las relaciones entre el Reino Unido y la UE se sitúen en una trayectoria estable y más positiva”.

En este sentido, el Gobierno de Johnson lanza la amenaza de no cumplir con el acuerdo: “El Command Paper deja claro que el Gobierno ha considerado activar el artículo 16 [que exime el cumplimiento del protocolo] y cree que existen motivos claros para justificar su uso. Esta opción permanece dentro del marco del Protocolo. Sin embargo, no creemos que sea beneficioso para Irlanda del Norte invocar medidas de salvaguardia en este momento. Preferiríamos buscar una aproximación consensuada con la UE, para acordar soluciones estables y duraderas que puedan funcionar para Irlanda del Norte, el Reino Unido en general y la UE en el futuro”.