La UE da un paso más en su política de asfixiar financieramente a Rusia y en el intento de cercenar al máximo su maquinaria de guerra. Los 27 han adoptado el undécimo paquete de sanciones desde la invasión de Ucrania con el que ponen el foco en la elusión de las mismas que hasta ahora Vladímir Putin estaba logrando a través de terceros países. La UE ha diseñado un 'instrumento antielusión' con el que pretenden evitar que Rusia sortee las sanciones y permitirá, en último término, cortar el comercio de bienes y tecnologías sobre las que pesa una sanción que los estados miembros tienen con terceros países.
Los 27 lo fían todo primero a la diplomacia, es decir, que antes de tomar riesgos económicos tratarán de abordar la cuestión mediante el “fortalecimiento de la cooperación bilateral y multilateral con los terceros países y la provisión de ayuda técnica”, señala el Consejo de la UE en un comunicado. Si esa opción fracasa, se tomarán acciones “rápidas, proporcionadas y focalizadas” con el objetivo de que Putin no acceda a esos recursos que le permiten alimentar su maquinaria de guerra. Consistirán en medidas concretas contra los operadores de esos terceros países -la UE piensa en Asia Central, en Armenia o Kazajstán- que están permitiendo a Rusia eludir las sanciones.
En el caso de que la elusión siga siendo “sustancial y sistémica”, la UE tomará “medidas excepcionales de último recurso” que consistirá en la restricción de la venta, el suministro o exportación de bienes o tecnologías cuya transacción a Rusia ya está prohibida. Se trata fundamentalmente de productos que han acabado utilizándose en el campo de batalla, aunque inicialmente su uso no sea bélico o militar. Entre los bienes hay decenas de componentes electrónicos que se utilizan en los sistemas de armas rusos, incluidos drones, misiles, helicópteros... De hecho, en el nuevo paquete se incluyen otros 15 componentes tecnológicos nuevos que se han encontrado en el campo de batalla.
Igualmente, se prohíbe vender, conceder licencias, transferir o ceder derechos de propiedad intelectual y secretos comerciales relacionados con mercancías sancionadas, para evitar que se fabriquen fuera de la UE
“Nuestras sanciones ya están teniendo un alto precio en la economía rusa y en la capacidad del Kremlin para financiar su agresión. El paquete de hoy aumenta nuestra presión sobre Rusia y la maquinaria de guerra de Putin. Al abordar la elusión de las sanciones, maximizaremos la presión sobre Rusia privándola aún más de los recursos que tan desesperadamente necesita para permitirle proseguir su guerra ilegal contra Ucrania”, señala el alto representante, Josep Borrell.
El paquete añade 87 nuevas entidades a la lista de sancionadas por apoyar militar e industrialmente a Rusia. La principal novedad es que el listado incluye empresas basadas en China, Uzbekistán, Emiratos Árabes Unidos, Siria y Armenia. La intención de la Comisión Europea era incluir empresas chinas, pero han dado marcha atrás por las dudas que suscitaba en plena búsqueda de su propia relación con el gigante asiático y en una posición delicada por su dependencia estratégica, y también por el rechazo que había hasta ahora a la “extraterritorialidad de las sanciones” y a incluir a empresas de terceros países cuando hay europeas que también están sorteando las sanciones. Finalmente se han incluido tres compañías con sede en Hong Kong y el Gobierno chino se ha comprometido a colaborar.
También se agregan 100 personas y entidades adicionales, como altos cargos militares, responsables de la toma de decisiones sobre la guerra o implicadas en la deportación ilegal de niños ucranianos a Rusia, así como jueces involucrados en decisiones contra ciudadanos ucranianos.
La propaganda del Kremlin sigue siendo uno de los objetivos a batir de la diplomacia europea, que ha suspendido la licencia de emisión de otras cinco emisoras rusas: RT Balkan, Oriental Review, Tsargrad, New Eastern Outlook y Katehon.