Han pasado más de cuatro años desde 'Laudato si', la encíclica radicalmente ecologista del Papa Francisco que llevó a la intelectual y activista Naomi Klein a considerar al Vaticano como un aliado, también para los ateos, en la lucha contra el calentamiento global. Desde entonces, el Papa y su Academia Pontificia de las Ciencias no han dejado de trabajar contra el cataclismo medioambiental, llamando a los fieles a detener “el suicidio colectivo” y organizando cumbres periódicas con gerentes de multinacionales petroleras y políticos electos, responsables por acción o por omisión del desastre que se avecina.
Argentino como Francisco, Marcelo Sánchez Sorondo (76) fue designado canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias en 1998 y por orden de Juan Pablo II. Licenciado en Teología y en Filosofía, es el hombre del Papa que preside las reuniones con directores ejecutivos y ministros de Finanzas en el Vaticano. Ahora tiene la mira puesta en la COP25, la próxima conferencia de la ONU por el clima que se celebrará entre el 2 y el 13 de diciembre en Santiago de Chile. Según Sánchez Sorondo la cumbre de Chile puede ser tan trascendental para el planeta como la COP21, donde se negoció el Acuerdo de París. Como explicó a eldiario.es durante una entrevista telefónica desde Roma, su optimismo tiene que ver con los ministros de Finanzas que la organizan: “Están muy decididos, empezando por el chileno”.
Por grande que sea su decisión, ¿cómo convencer a políticos y ejecutivos de ir más allá del corto plazo donde se generan sus votos y beneficios empresariales?
Hay que convencerlos porque la situación es cada vez peor. Supongo que España también ha sufrido la ola de calor que han sufrido Europa y Groenlandia. No es que no se convenzan, sino que les cuesta hacerlo por los problemas económicos. Pero tienen que darse cuenta de que esto es una ocasión para dar trabajo. Renovar el sistema de la energía del mundo es una gran oportunidad.
Una oportunidad que los políticos no parecen estar aprovechando, ¿cuánto cree que es atribuible al lobby de las empresas de hidrocarburos?lobby
Algunos políticos sí lo están haciendo. No lo están haciendo todos porque tampoco tienen el apoyo que tendrían que tener desde los países más importantes. Pero algunos lo están haciendo. El último encuentro que hemos tenido [en la Academia Pontificia de las Ciencias] con ministros de Finanzas fue encabezado por el ministro de Finanzas de Chile, donde hay mucho interés por el tema. Eso demuestra que no depende de un modelo de derecha o de izquierda, porque no se puede decir que el Gobierno de Chile sea de izquierda. Sin embargo, son muy conscientes del problema. Y con los otros ministros que vinieron, lo mismo. El reconocimiento es cada vez mayor, la toma de posición con relación al problema.
En el mejor de los casos, parece que estamos en la fase de reconocimiento del problema, pero ningún gobierno ha tomado aún las decisiones dramáticas que harían falta para dejar de agravar el problema.
Efectivamente, no se está haciendo todo lo que hay que hacer. Eso lo sabemos todos. Yo creo que lo que más va a convencer son los hechos. Lo ocurrido este verano en Europa ha sido terrible, y lo que está pasando en Groenlandia es terrible. Cada vez ocurre algo nuevo. Lo que está claro es que los que están cada vez más convencidos son los ciudadanos, incluso los estadounidenses, de modo que va a llegar un momento en que se lo exijan a los gobiernos.
En Estados Unidos he visto un encuentro de los candidatos presidenciales del Partido Demócrata y, para todos ellos, el primer problema es el del clima. Esto va a depender mucho de quiénes sean los presidentes más importantes. Si tenemos la suerte de tener a presidentes que creen en lo que dice la ciencia, el cambio se hará más rápido. Para promover un cambio es evidente que hace falta un empuje. El Papa ha reunido también en la Academia a todos los directores ejecutivos de las petroleras. Todos ellos prometieron que iban a cambiar. Las promesas están.
Pero son difíciles de creer...
¿Qué otra solución propone usted? No hay otra cosa. No se puede ir con un ejército para que cambien. No hay otra solución.
Me interesa lo que propone usted
Pienso eso. A la larga, los hechos van a tener una influencia decisiva. Porque los hechos ya no se pueden negar. Lo que es más difícil de entender es dónde están las causas. Pero las mismas petroleras son conscientes de los problemas que tienen y están viendo cómo invertir en energías renovables. No hay otro camino. El camino lo está marcando la Providencia con lo que está pasando.
¿Estamos a tiempo de evitar un calentamiento de proporciones catastróficas?
Eso es una cosa ya más complicada de decir porque se trata del futuro. Yo pienso que sí. Gracias a Dios está la Providencia que nos va a salvar. No por los políticos, sino por los hechos.
Hay una creencia inconsciente de que, pase lo que pase, el hombre va a estar siempre en el planeta, ¿viene del cristianismo?
No se puede atribuir eso a la religión. Lo que dice la religión es que va a haber un fin del mundo y el fin del mundo implica un cambio también de planeta. Así como sabemos que lo que está influyendo en el calentamiento es la actividad humana, el uso del combustible fósil y la deforestación, también sabemos que el sol tiene sus años contados. Por supuesto, hablamos de miles de millones de años, pero un día el sol se va a apagar como estrella. Evidentemente, no vamos a estar en el mismo planeta.
¿Los medios tienen parte de responsabilidad por las deficiencias en comunicar la urgencia del problema?
Bueno, los medios de comunicación no siempre dicen la verdad, como ya sabemos con todo lo de las noticias falsas. En el caso del problema con el clima, creo que cada vez están más asustados por lo que está pasando y lo están diciendo. Cada vez que aparece algo lo atribuyen al problema del calentamiento. El calor de este verano en Europa lo han atribuido en seguida. Los mismos diarios estadounidenses están furiosos con Trump porque no se ocupa del clima y lo están diciendo. Yo creo que los medios ya están diciendo algo, dentro de lo que son, porque ya sabemos que necesitan dinero, dependen de eso y por eso no siempre dicen la verdad. En todo caso, no creo que sean los principales responsables.