La estrategia de la oposición venezolana para ganarse el apoyo de los gobiernos europeos pasa por descartar que se pueda producir una guerra o una confrontación violenta entre los partidarios de ambos bandos. El exalcalde de Caracas Antonio Ledezma –exiliado en España después de huir de Venezuela– lo anunció en un acto del Forum Europa en Madrid en el que fue presentado por el presidente del PP, Pablo Casado.
“En Venezuela no hay una confrontación civil. Hay un 90% de venezolanos que quieren que Maduro se vaya. No hay ninguna posibilidad de guerra civil”, dijo Ledezma.
El miedo a una guerra en uno de los países más violentos del mundo y con un altísimo número de armas en poder de los ciudadanos es un argumento que se ha utilizado con frecuencia en Europa para intentar crear vías de diálogo entre los gobiernos chavistas y la oposición, como la mediación realizada por el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Varios partidos de la oposición han rechazado esta alternativa en el pasado o se han mostrado escépticos de su valor.
Ahora, con el apoyo del Gobierno de EEUU y de la mayoría de los gobiernos europeos, la oposición no cree que deba negociar nada con Nicolás Maduro, que no reconoció la victoria de la oposición en las últimas elecciones legislativas. En esa línea, Ledezma pidió al PP que no apoye en España la formación de “grupos de contacto” o mesas negociadoras: “Un grupo de trabajo debe definir cómo se va Maduro en el poder”.
El presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, que se proclamó presidente en funciones, también ha descartado el riesgo de guerra civil y sólo acepta que haya violencia protagonizada por “una pequeña cúpula o respaldo militar al régimen”.
Las declaraciones de la Administración de Donald Trump de que “todas las opciones están sobre la mesa” han fomentado especulaciones sobre una intervención militar norteamericana para derrocar a Maduro. Ledezma –no tanto Guaidó– es de los dirigentes de la oposición que se niegan a rechazarla como opción. Alega que “existe el principio de intervención humanitaria” que justificaría una invasión. Además, sostiene que “Venezuela ya está invadida por ser el único país del mundo que paga para ser invadido”, refiriéndose a la presencia de militares cubanos “en los cuarteles”.
Forzar la confrontación
La estrategia de la oposición pasa por forzar la confrontación hasta el final y no dejar que una negociación ponga en peligro el objetivo de forzar la destitución de Maduro. La proclamación de Guaidó como presidente interino se ve acompañada, según la explicación dada en Madrid por Ledezma, por el anuncio de planes económicos para revertir la dramática situación de país. “Queremos que estén tranquilos. Hoy Guaidó presentará el Plan País. Vamos a recuperar la industria petrolera. Estamos tocando ya a las puertas del FMI y el Banco Mundial para renegociar la deuda”, explicó para dar la impresión de que Guaidó ya funciona como un presidente, a pesar de no tener poder real.
En una entrevista en El País, Guaidó ha precisado que la convocatoria de elecciones presidenciales no sería inmediata en caso de dimisión de Maduro y quizá tendría que esperar hasta dentro de un año. “Si mañana, por ejemplo, cesa la usurpación e iniciamos el proceso de transición, en seis, nueve meses, máximo doce, pudiéramos tener una elección libre”, dijo.
Ledezma admitió que a la oposición no le interesan unas elecciones inmediatas sin hacer cambios antes en varias instituciones políticas: “Ganar a Maduro (en las urnas) con todo el entramado delictivo es difícil”.
El exalcalde de Caracas no se opone a que se indulte a altos cargos del chavismo si eso sirve para conseguir la dimisión de Maduro. Al igual que Guaidó, está a favor de una ley de amnistía, en especial para los mandos militares. Por otro lado, la retórica que emplea hace dudar de que toda la oposición esté por exonerar a los altos cargos del Gobierno en favor de la reconciliación. Afirma que la muerte de personas por hambre es un delito de lesa humanidad y llega al extremo de hacer una comparación con los nazis (“Hitler los mataba con gases. Maduro los está matando con hambre”) en un ejemplo típico del nivel de crispación de la política venezolana donde todo vale para minar al adversario.
En la conferencia de Madrid, Ledezma tampoco tuvo escrúpulos en dar pábulo a uno de los rumores que circulan por Venezuela. Medios de comunicación partidarios de la oposición y algunas ONG han negado que el Gobierno esté llevando a cabo un “reclutamiento masivo de menores de edad en colegios”. Ledezma se refirió a las “informaciones de que están secuestrando a gente para que sirva de escudos humanos” sin dudar de su veracidad.