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Opinión - Rompamos el tabú: hablemos de decrecimiento. Por Neus Tomàs

Putin da largas a las negociaciones y amplía sus objetivos a la conquista del sur de Ucrania

Dos hitos de la guerra han provocado un parón total en las negociaciones entre Ucrania y Rusia. Primero fueron los crímenes contra civiles destapados en Bucha y otras ciudades en los alrededores de Kiev, que hicieron que Ucrania viera difícil encarar una conversación. Después llegó el hundimiento del buque ruso Moskva, reivindicado como un ataque con misiles por las tropas ucranianas. La pérdida del buque insignia de la flota rusa ha hecho que Vladímir Putin se aleje de cualquier interés por las negociaciones y se centre más en buscar una victoria lo más amplia posible.

Tanto Ucrania como sus aliados occidentales siempre han dudado del talante negociador de Putin y han sospechado de que su verdadera intención era ganar tiempo para fortalecerse en la ofensiva. A finales de marzo, tras el encuentro entre los equipos negociadores de ambos países en Estambul, se llegó a vislumbrar un acuerdo de paz que ahora parece totalmente dinamitado. Según informa el Financial Times, que cita a tres fuentes involucradas en estas conversaciones, Putin ha perdido todo interés en la diplomacia y se centra ahora en el objetivo de conquistar una mayor porción de Ucrania.

Ante las denuncias de crímenes contra civiles, Putin dijo que las negociaciones estaban en un “callejón sin salida”. A esto se unió la pérdida del Moskva, que “enfureció” al presidente ruso, según las fuentes citadas por FT.

“Había esperanzas para un acuerdo. Putin daba un paso adelante y otro atrás. Necesitaba una forma de salir como vencedor”, declara una de las fuentes del FT sobre la marcha de las negociaciones. Pero después del hundimiento del Moskva, “está en contra de firmar nada... no queda como victorioso porque fue humillante”, añade.

El diario británico señala tres ejes diplomáticos que han tratado de convencer a Putin de que se reúna con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para encontrar una salida dialogada al conflicto. Se trataría del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el multimillonario Roman Abramovich, cuyo papel mediador sorprendió a la comunidad internacional en la cumbre de Estambul.

El pasado viernes, Michel mantuvo una conversación con el presidente ruso, que acusó a Ucrania de haber “levantado un muro” que hacía imposible negociar. Ante el mandatario europeo, Putin añadió que “no era el momento adecuado” para reunirse con Zelenski, según cuenta una persona al tanto de la llamada. Otra de las personas consultadas por el FT dice que Putin evita “con todas sus fuerzas” una reunión bilateral con el presidente ucraniano y persigue “que todo se decida antes” a su favor.

El propio Zelenski, que desde el principio de la invasión ha perseguido una reunión cara a cara con el presidente ruso, sigue defendiendo las negociaciones, pero ha amenazado con romper la baraja si Rusia aplasta a la resistencia de Mariúpol, que continúa atrincherada en la planta de Azovstal.

Cuando se cumplen dos meses de guerra, el Instituto para el Estudio de la Guerra, ISW por sus siglas en inglés, recoge en su último informe que es “poco probable” que Rusia y Ucrania retomen las negociaciones “en las próximas semanas”. El ISW cree que ambos países “esperan el resultado de la ofensiva en curso” con miras a tener una posición más favorable, algo que no parece que vaya a ocurrir para ninguno de los bandos a corto plazo.

Hacerse con el Sur con Moldavia en el horizonte

Mariúpol es la primera “gran victoria” que quiere poder vender Putin en Rusia, pero los analistas internacionales creen que no se quedará ahí. El FT señala que las largas que Putin da a los mediadores se deben a que espera hacerse con más territorio, más que indicar que necesita ganar tiempo para encontrar puntos de acuerdo.

Es más, desde Rusia ya han reconocido que sus objetivos van más allá de la “liberación del Donbás”, hito que se marcaron tras abandonar el objetivo de conquistar Kiev.

Rusia admitió este viernes por primera vez que quiere crear un corredor terrestre desde el Donbás a la anexionada península de Crimea y reveló que su plan bélico no para ahí, sino que incluye tomar el sur para unirlo con la región separatista prorrusa de Transnistria, en Moldavia.

Según el alto general ruso Rustam Minekaev, Rusia pretende ahora tomar el este y el sur de Ucrania. “Desde el comienzo de la segunda fase de la ”operación especial“ [eufemismo con el que Rusia se refiere a la guerra] una de las tareas del ejército ruso es establecer el control total sobre el Donbás y el sur de Ucrania”, dijo el militar en declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias rusa TASS.

Minekaev explicó que “el control sobre el sur de Ucrania” proporcionaría a Rusia una “salida a Transnistria”.

Transnistria, territorio de apenas medio millón de habitantes, en su mayoría eslavos (rusos y ucranianos), rompió los lazos con Moldavia tras un conflicto armado en 1992-1993 en el que contó con ayuda rusa. En virtud de un acuerdo para la solución pacífica del conflicto, Rusia colocó a más de 2.000 efectivos en el territorio, aunque fue reduciendo el contingente con el paso de los años. El pasado 5 de marzo, el territorio separatista pidió que se reconozca su independencia.

Guterres da un paso al frente

Ante el enquistamiento de las negociaciones, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha decidido dar un paso al frente y tomar un papel más activo en busca de un alto el fuego. Tras reunirse el lunes en Ankara con Erdogan para agradecerle su papel mediador, este martes se reunirá en Moscú con Vladímir Putin y tiene previsto también un encuentro con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Tras esta visita a Rusia, Guterres viajará a Kiev para reunirse el jueves con Zelenski y su ministro de Exteriores, Dimitro Kuleba.

Este es el primer viaje que realiza Guterres a los dos países desde que comenzara la invasión. Hasta el momento, la ONU ha fracasado en su intento de lograr aunque sea una tregua temporal o un acuerdo para que funcionen de forma segura los corredores humanitarios. La pasada semana, Guterres propuso a Putin y a Zelenski una “tregua de pascua” con ocasión de la pascua ortodoxa. Kiev aceptó, pero Rusia rechazó la propuesta.

El maratón diplomático de Guterres llega después de semanas de presión para que el máximo representante de Naciones Unidas esté más presente en los intentos de mediación en el conflicto. Hace unos días, un grupo de más de 200 personas que ocuparon cargos de relevancia en Naciones Unidas enviaron una carta a Guterres pidiéndole un mayor compromiso.

“Esperamos una mayor implicación política de la ONU en esta crisis”, señalaban en la carta. “Queremos ver una estrategia clara para restablecer la paz, empezando por un alto el fuego provisional, así como un despliegue del buen hacer de la ONU en la mediación y la resolución de conflictos”, escribían los autores que pedían “visitas a las zonas afectadas” y “un diálogo con las partes enfrentadas”.

Las visitas de Guterres, sin embargo, no contentan a todo el mundo. El presidente de Ucrania criticó este sábado la decisión “sin ninguna lógica” de Guterres de viajar primero a Moscú y luego a Kiev.

“Es sencillamente erróneo ir primero a Rusia y luego a Ucrania”, dijo Zelenski en una rueda de prensa, al referirse a la agenda de Guterres. “Es una decisión sin ninguna justicia ni ninguna lógica”, agregó.

“La guerra es en Ucrania, no hay cuerpos en las calles de Moscú. Lo lógico sería venir primero a Ucrania y ver a la gente, ver las consecuencias de la ocupación”, antes de visitar a Rusia, añadió el líder ucraniano.

No ha sido la única critica desde Ucrania dirigida a la ONU. Oleksii Reznikov, ministro de Defensa ucraniano, escribió hace unos días un artículo de opinión en el Wall Street Journal en el que acusaba a la ONU de ser un “facilitador de los crímenes de guerra rusos”.

Zelenski también se mostró contundente frente al organismo a principios de abril, cuando intervino ante el Consejo de Seguridad y pidió más dureza contra Putin, mientras evidenciaba el poco margen de maniobra que le queda a la ONU por el poder de veto de Rusia y su puesto permanente en el Consejo de Seguridad: “¿Creen que el derecho internacional ya no tiene sentido? Si su respuesta es no, entonces actúen inmediatamente”.

Farhan Haq, portavoz adjunto de Guterres, se ha referido este lunes a las críticas del presidente ucraniano al orden de sus visitas. “No es significativo que visite un país antes que otro. Obviamente, uno de los dos países tiene que ser el primero, pero lo crucial es que escuchen lo que el Secretario General tiene que decir sobre esta crisis”, ha respondido en rueda de prensa, añadiendo que ambas partes habían sido informadas de los detalles de la agenda con antelación.

El portavoz del alto representante de Naciones Unidas ha querido destacar la “oportunidad” que supone el encuentro con los dos líderes, tanto para conseguir un alto el fuego como tratar de arrancar un compromiso para abrir corredores humanitarios, aunque ha reconocido que “la diplomacia no es una varita mágica” y que a veces puede ser “lenta y frustrante”.