361. Son los votos que Ursula von der Leyen necesita para ser reelegida de nuevo presidenta de la Comisión Europea. Y la alemana sabe que no es tan fácil como sumar los escaños que ocupan populares, socialistas y liberales que forman parte del acuerdo para el reparto del poder de la UE tras las elecciones del 9 de junio dado que no hay una férrea disciplina de voto en los grupos de la Eurocámara. Por eso la intención es abrir el abanico y en plena campaña electoral tendió la mano a la ultraderechista italiana, Giorgia Meloni, que se abstuvo en la decisión de los líderes de designar a Von der Leyen como candidata para tener margen de negociación. Un acuerdo con la extrema derecha le dificulta el apoyo de socialistas y liberales. Por eso la aspirante ha iniciado con los verdes los contactos fuera de los tres grupos que a priori la apoyan.
Von der Leyen ha acudido este martes a la Conferencia de Presidentes (reunión de los jefes de grupos parlamentarios) para exponer las prioridades de su segundo mandato. Ha sido una primera toma de contacto para la negociación que ahora tiene que comenzar para la votación del Pleno que se celebrará en Estrasburgo la tercera semana de julio (previsiblemente el 17 o el 18 de julio). La alemana tendrá luego que cerrar una suerte de programa que les sirva a populares, socialistas y liberales y le permita 'pescar' fuera de esos grupos que ahora mismo suman 399 apoyos.
A pesar de que, en principio, es una mayoría holgada, también en 2019 Von der Leyen tenía un colchón de unos 60 escaños y finalmente salió adelante por sólo nueve votos. De ahí que ahora quiera ampliar el margen. Por el momento se ha limitado a decir que el encuentro ha ido “bien” al salir.
“La configuración general es positiva, hay buen ambiente y es importante que subraye que necesita una mayoría estable”, ha expresado el copresidente de los verdes, Bas Eickhout, que ha señalado que aún tienen que entrar en los “detalles”. No obstante, ha enfatizado que Von der Leyen ha sido “clara” en que sigue comprometida con el Pacto Verde, que para su grupo es fundamental. La UE ha empezado a echar el freno en las políticas medioambientales por las protestas de algunos sectores, especialmente de los agricultores, y el Partido Popular Europeo ha marcado distancias con la agenda verde impulsada desde Bruselas.
“Podemos llegar a acuerdos”, ha señalado el holandés, que ha mencionado asuntos como la seguridad, la prosperidad o el estado de derecho. Lo que ha recordado es que es un “juego peligroso” intentar hacer una aproximación a delegaciones de la extrema derecha, como los Fratelli d'Italia, porque podrían hacerle ganar 24 apoyos, pero perder otros tantos de socialdemócratas, según ha puesto como ejemplo. “Siempre hemos sido claros en que si hace acuerdo con ECR pierde a la parte progesista del Parlamento Europeo. Si haces las cuentas, con lo que dice dicen los socialdemócratas y Renew, sólo hay una forma de ser estable que son los verdes”, ha advertido Eickhout, que espera tener nuevas reuniones con Von der Leyen.
En términos similares se ha expresado la jefa de los socialdemócratas, Iratxe García, que ha dicho que la “música suena bien”, pero que quedan “detalles”. García, que ya ha tenido reuniones previas con Von der Leyen, ha asegurado que está “introduciendo asuntos importantes para el proyecto europeo”, aunque ha puesto el énfasis en la necesidad de que tenga en cuenta “la dimensión social”, “asuntos de género” y un “claro compromiso con la agenda verde”.