Primer debate electoral de los candidatos europeos con Ursula Von der Leyen en la diana de la mayoría de los ataques. La candidata del Partido Popular Europeo ha echado balones fuera en una de las principales preguntas que le han hecho sus contrincantes: ¿pactará con el grupo de los Conservadores y Reformistas del que forman parte los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni y Vox? “Depende de cómo quede la composición del Parlamento Europeo y quien acabe en cada grupo”, ha sido la respuesta de la actual presidenta de la Comisión Europea, que deja así la puerta abierta a apoyarse en la extrema derecha.
A quien sí ha impuesto el cordón sanitario ha sido a la ultraderecha de Alternativa por Alemania (AfD) al responder con un “no” rotundo a la pregunta que le ha lanzado la aspirante liberal de ese país, Marie-Agnes Strack-Zimmermann. No es la primera vez que Von der Leyen abre la puerta a la extrema derecha de Meloni o Santiago Abascal. Cuando presentó oficialmente su candidatura, contestó a los periodistas que sus condiciones eran “trabajar con proeuropeos, pro-OTAN, pro-Ucrania, los grupos que apoyen claramente los valores democráticos”.
En esta ocasión ha sido el candidato de Los Verdes, Bas Eickhout, que ha mencionado expresamente a Von der Leyen si incluiría a Vox en sus acuerdos, a pesar de que no ha condenado la dictadura de Franco (Abascal llegó a decir que el de Pedro Sánchez es el peor gobierno en 80 años, lo que incluía los años de la dictadura). Tras la contestación de la alemana, el candidato socialista, Nicola Schmit se lo ha reprochado al recordarle que los “valores y los derechos” no se pueden disociar para llegar a acuerdos y le ha dicho que el gobierno comunitario -del que él forma parte como comsario de Empleo- ha luchado por los derechos LGTBI o la libertad de prensa mientras que “en algunos países” en los que gobierna la extrema derecha “no se respeta esto”.
Mientras Von der Leyen abría la puerta a uno de los grupos de la extrema derecha, que ni siquiera estaba presente en el debate organizado por Politico y que no tiene spitzenkandidat para las elecciones de junio, ha cargado con dureza contra el representante del otro grupo de la extrema derecha, Identidad y Democracia (ID) usando prácticamente las mismas palabras que ha empleado el aspirante de los verdes, que ha sido uno de los más aplaudidos. “Limpien su casa antes de criticarnos”, le han espetado por las investigaciones sobre pagos de Rusia a eurodiputados de su grupo y la detención del asistente de un eurodiputado de AfD acusado de espiar para China.
El aspirante de la extrema derecha danesa Anders Vistisen, que había iniciado el debate asegurando que iban a echar a miles de borócratas de Bruselas empezando por Von der Leyen, se ha defendido atacando al resto de partidos por escándalos como el Qatargate o a la propia presidenta de la Comisión Europea por su intercambio de mensajes con el responsable de Pfizer durante la compra de las vacunas de la pandemia.
“Será inaceptable si Israel entra en Rafah”
Uno de los momentos más complicados para Von der Leyen ha sido cuando el candidato de La Izquierda, Walter Baier, le ha preguntado si la UE va a imponer sanciones a Israel por la masacre en Gaza. “Israel tiene derecho a defenderse dentro de los límites del derecho humanitario. He estado en Rafah y la muerte de tantos civiles inocentes es inaceptable. Necesitamos un alto el fuego ya y la liberación de los rehenes. Y sentarnos y trabajar en la solución de los dos estados”, ha sorteado la presidenta de la Comisión Europea, que molestó a muchas capitales y dirigentes en el inicio de la guerra por su apoyo incondicional a Benjamín Netanyahu.
El aspirante de los verdes ha aprovechado esa respuesta para preguntarle a Von der Leyen si un ataque de Israel a Rafah sería la “línea roja” para imponer esas sanciones. “Nunca dibujo líneas rojas, pero será inaceptable si Israel entra en Rafah”, ha contestado, para después echar balones fuera dejando la decisión en manos de los estados miembros, que es a los que corresponde fijar la política exterior.
Von der Leyen también ha tratado de esquivar una de las polémicas del programa electoral del Partido Popular Europeo, que endurece su posición respecto a la inmigración y apuesta por el denominado 'modelo Ruanda' que ha seguido Reino Unido al plantear deportaciones de solicitantes de asilo a “terceros países seguros”. Von der Leyen ha asegurado que la palabra Ruanda no figura en el programa electoral de su partido y que la UE ya “no tiene nada que ver” con el Reino Unido porque salió del club. Lo que ha defendido es el pacto migratorio que endurece las condiciones para la concesión del asilo e incluye el pago por rechazo de refugiados, tal y como le han reprochado los verdes y la izquierda.
“La migración se ha convertido en un tema tóximo por la extrema derecha”, ha dicho el candidato de los socialistas, que ha estado desdibujado la mayor parte del debate. El luxemburgués ha apelado a la “humanidad”, los “derechos humanos” y la lucha contra los traficantes al tiempo que ha defendido la necesidad de agilizar los retornos.
El gran debate de la agenda verde
El apartado más largo del debate ha sido el referido al Pacto Verde Europeo, que en plenas protestas de los agricultores se ha convertido en uno de los asuntos principales de la campaña electoral. El candidato de la izquierda ha reclamado más impuestos a los ricos, que ha recordado que son los que más contaminan. “No es momento de pausas”, ha dicho el socialdemócrata, en referencia a los intentos de la derecha por ralentizar la aplicación de la agenda verde: “La política climática debe ser socialmente justa y equitativa y eso quiere decir financiarla de forma justa y equitativa”.
El principal rifirrafe se ha producido entre Von der Leyen, que ha defendido el Pacto Verde Europeo como un elemento clave de la competitividad europea, y el aspirante de los verdes, que le ha reprochado que haya “rebajado” la ambición. La presidenta de la Comisión Europea ha defendido las medidas que hasta ahora han puesto en marcha para calmar al campo, como la exención de los controles para los pequeños agricultores o la rebaja de las condiciones medioambientales de la PAC, y se ha remitido a la “solución equilibrada” que se está planteando en un diálogo estratégico puesto en marcha hace unos meses. Eickhout le ha recriminado, precisamente, que haya tomado esas medidas sin esperar a las conclusiones de ese diálogo.