Juanlu Sánchez es periodista, cofundador y subdirector de eldiario.es. Colabora en La Sexta y en el New York Times. Fue cofundador de Periodismo Humano y como reportero pasó de la cobertura especializada en derechos humanos a documentar la génesis y las consecuencias sociales y políticas del 15M. Es autor del libro 'Las 10 mareas del cambio' y profesor en el Máster Oficial de Innovación en Periodismo de la Universidad Miguel Hernández de Elche.
Rajoy, Fariña y Pablo Iglesias: historia de una felicitación
Una orden judicial ha secuestrado la última edición de Fariña, el libro sobre el narcotráfico gallego que debe ser retirado de las librerías hasta que se resuelva la denuncia de un exalcalde de O Grove (Pontevedra), José Alfredo Bea Gondar.
La censura ha provocado el efecto contrario al deseado, como suele pasar. Se han llegado a vender 10 libros por minuto en Amazon y lo que quedaba en las librerías está volando.
Además de darle todavía más publicidad al libro, gracias al juicio ha salido de los cajones una nota oficial de presidencia del Gobierno, firmada por Mariano Rajoy, con un “Muchas gracias” manuscrito y dirigida al autor.
La pequeña historia detrás de ese tarjetón, ahora convertido en material judicial como prueba de la fiabilidad del libro, y de cómo Rajoy terminó leyendo Fariña, es curiosa.
El 12 de julio de 2016, los editores de Libros del KO se marcaron un buen tanto en la promoción de Fariña: Pablo Iglesias entrevistó a su autor, Nacho Carretero, en el programa de entrevistas de La Tuerka. A Iglesias le había llegado en junio un ejemplar del libro y fue leyendo a ratos, en mitad de la tormenta política del momento. Era verano de 2016, el verano menos verano en décadas para la política española, sumida sin gobierno en un debate eterno sobre pactos de investidura a varias bandas. Iglesias invitó a Carretero a su programa. Por una vez, el líder político preguntaba y el periodista respondía.
Fariña caía en el momento perfecto: sin duda, el contenido era relevante para los lectores aficionados al reportaje, a la política o a las dos cosas. Pero había un extra: la serie de televisión Narcos sobre Pablo Escobar acababa de poner de moda las intrigas del narcotráfico y hacía fácil el mensaje promocional de Fariña: ¿te gusta Narcos? Pues esto es el Narcos a la española.
El día de la entrevista con Pablo Iglesias, uno de los integrantes de Libros del KO, Alberto Sáez, llevó al plató otro ejemplar de Fariña, que entregaron a Pablo Iglesias. Ahí se concretó una idea: “Tenemos que dárselo a Rajoy”. No era una idea repentina. Iglesias ya le había hecho llegar a Rajoy la recomendación de que se leyera Fariña. Nacho Carretero improvisó una dedicatoria para el presidente del Gobierno. Ante la imagen de entregar a Rajoy un libro sobre el narcotráfico en su Galicia natal, en el que se denuncia la connivencia y la cobardía política durante décadas, Pablo Iglesias solo podía salivar.
“Todos los partidos gallegos han sido financiados por el narcotráfico”, dice uno de los jueces citados en el libro. Fariña explica las tramas de poder que nacen con el contrabando entre Galicia y Portugal y que van engordando hasta que la costa gallega se convierte en la puerta de entrada en Europa para la cocaína colombiana. De hecho, para los amantes de Narcos es hasta emocionante encontrar en Fariña a personajes comunes como los hermanos Ochoa o el jefe del cartel de Cali, Gilberto Rodríguez. Aún más interesante es ver pasar por las páginas de Fariña, como parte del panorama político paralelo al crecimiento de los grandes capos, a Núñez Feijoo o Manuel Fraga.
Sin embargo, Mariano Rajoy aparece poco en el libro y de hecho si se le mira con complacencia no sale mal parado: queda como el joven político que en los 80 sabe lo que ocurre con la relación entre la política y el narco, pero que quiere distanciarse sin hacer ruido. De hecho, se explica que es por esa actitud de resistencia que Fraga le suelta una frase que luego trascendió: “Mariano, vete a Madrid, aprende gallego, cásate y ten hijos”.
Pablo Iglesias no tardó en cumplir su misión, aunque finalmente con perfil bajo. Unos días más tarde, el 18 de julio, aprovechó una reunión con Rajoy como parte de la ronda de contactos para la investidura y entregó el libro al presidente del Gobierno. Pero no hubo foto del momento. El clima político no daba para mucha sorna e Iglesias intentaba acentuar su perfil más sereno, esta vez sin el sarcasmo de otros regalos envenenados como fueron aquel pack de DVDs de Juego de Tronos para el rey o el Juan de Mairena de Antonio Machado de una reunión de 2015 con Rajoy. Lo de Fariña en manos de Rajoy se quedaba en una oportunidad algo fallida para la editorial. O eso parecía en aquel momento.
Casi dos años después, hoy sabemos que a los pocos días de recibir el libro de manos de Iglesias, Rajoy agradeció al autor el regalo y le felicitó por el contenido. La carta llegó a su casa, sin previo aviso. “Ya lo he leído. Está muy documentado”, decía el presidente del Gobierno sobre el libro que trata el narcotráfico en su tierra y que hoy está censurado.
Una orden judicial ha secuestrado la última edición de Fariña, el libro sobre el narcotráfico gallego que debe ser retirado de las librerías hasta que se resuelva la denuncia de un exalcalde de O Grove (Pontevedra), José Alfredo Bea Gondar.
La censura ha provocado el efecto contrario al deseado, como suele pasar. Se han llegado a vender 10 libros por minuto en Amazon y lo que quedaba en las librerías está volando.