Al igual que entregas anteriores, Cooking Mama: Bon Appétit! nos ofrece meternos entre fogones para sacar partido al chef que llevamos dentro, todo ello a través de sencillos minijuegos que deberemos completar a base de funciones táctiles para así obtener el plato en cuestión con presentación final incluida.
En esta nueva entrega se añaden recetas inéditas que una vez finalizadas darán paso a nuevos desafíos tan variados como dar comer a los peces, lanzar bobinas al aire, cosechar o servir las mesas. Para los más atrevidos, también contaremos con el Dojo Culinario, un desafío sin instrucciones que sirvan de guía, donde cualquier paso en falso significará que nuestra deliciosa receta acabe completamente arruinada.
Las puntuaciones en ¡A cocinar! se miden por medallas que pueden ser de bronce, plata u oro en función de cómo hayamos llevado a cabo la elaboración del plato. Pero no sólo tendremos que llevar a cabo las recetas en el tiempo indicado, sino que además tendremos que hacerlo con sumo cuidado, y si por ejemplo, estamos batiendo nata y realizamos un movimiento demasiado brusco, podemos acabar fácilmente con todo el contenido del bol derramado sobre nuestra pantalla.
El nivel de exigencia de estos, aparentemente sencillos desafíos, siempre ha sido uno de los aspectos más criticados de la franquicia Cooking Mama, y a pesar de que en esta ocasión podemos apreciar algunos ajustes para convertir la experiencia en algo más amigable de cara al jugador, seguiremos sufriendo una serie de condiciones y requisitos demasiado hipersensibles al mínimo error que podamos cometer, provocando que conseguir la preciada medalla de oro se convierta en una labor titánica.
En otras ocasiones, también percibiremos otra de las carencias que viene arrastrando la serie desde hace tiempo: las instrucciones confusas que no terminan de dejar claro qué debemos hacer exactamente para bordar nuestro plato, provocando que algunos desafíos se conviertan en un ejercicio de ensayo y error que puede llegar a resultar desesperante.
Aun así, ninguno de estos dos problemas supone un impedimento tan importante como en las anteriores entregas, y a pesar de la frustración que puedan generar en algunos momentos, Bon Appetit! resulta más divertido y accesible que nunca.
Pero no todo es cocinar, porque como decíamos, esta entrega ofrece mayor abanico de actividades para hacer la propuesta algo más variada. Un ejemplo es La Galería de Mama que nos dará la posibilidad de cambiar a Mama de vestimenta, variar los colores de nuestros utensilios de cocina, e incluso modificar la decoración de la casa. También contaremos con un modo multijugador local de hasta cuatro jugadores con el mismo juego donde podremos medirnos con nuestros amigos y familiares, una de las opciones más divertidas.
La estética del juego y sus gráficos son bastantes sencillos, pero tan adorables como siempre. Tanto el propio diseño de los distintos alimentos como la forma de manipularlos, rebosan encanto por sus cuatro costados, y todo parece haber sido tratado con altas dosis de cariño por parte de sus responsables.
En definitiva, Cooking Mama Bon Appétit! no altera la fórmula conocida, ni reinventa la rueda, así que si no te cautivaron sus entregas pasadas, dudamos que vayas a cambiar de opinión este lanzamiento. Si por el contrario disfrutaste de alguno de los títulos que le preceden, encontrarás motivos de sobra para que vuelva a encandilarte con una propuesta más permisiva y divertida que nunca, y una mayor variedad de actividades con las que alargar su vida útil.
Lo mejor:
Lo mejor:
- La variedad de minijuegos y recetas que aporta el juego invita a seguir jugando.
- El apartado gráfico sigue siendo adorable.
- Resulta más permisivo y menos frustrante que en anteriores entregas.
- Algunas recetas son realmente divertidas de elaborar.
Lo peor:
Lo peor:
- Acciones repetitivas a la hora de realizar las recetas, en ocasiones se echa en falta un poco más de variedad.
- Sigue la línea de las versiones en consolas anteriores, con sus virtudes y defectos, pero sin grandes incorporaciones que revolucionen el concepto de juego.
- A pesar de los ajustes en algunas acciones, en ocasiones los requisitos son demasiado exigentes para poder conseguir la medalla de oro.
- Algunas pruebas no están bien explicadas y se convierten en un continuo ensayo y error.