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Análisis Samurai Warriors 4, repartiendo estopa entre ejércitos de clones

Echando la vista atrás hay cierto juego que a un servidor le dejó flipando en su día. Os hablo de Dynasty Warriors 2, el primero de la ya tan veterana saga de Omega Force en aterrizar en Playstation 2. Por aquel entonces, si no recuerdo mal prácticamente al comienzo de la vida de la ‘bestia negra’ de Sony, este juego fue para mí toda una revelación. Puede que sus mecánicas jugables fueran demasiado sencillas o que su trama y particular estilo oriental no favorecieran en exceso la inmersión, pero el hecho de poder repartir estopa entre decenas de enemigos con un para aquel entonces buen nivel de detalle me hizo sentir aquello de que realmente me encontraba ante una nueva generación de consolas.

Por supuesto han pasado ya muchos años, y el hecho de que decenas de muñequitos virtuales se de forma independiente dentro de un mismo plano no nos impresiona en absoluto. Pero repartir estopa entre hordas y hordas de ellos sigue siendo sin lugar a dudas tan divertido o más que entonces, y prueba de ello es que la saga Dysnasty Warriors no sólo sigue viva como bien ha demostrado Dynasty Warriors 8: Xtreme Legends, si no que además ha dado para ramificarse en infinidad de spin-offs y crossovers como Dynasty Warriors Gundam Reborn, Dynasty Warriors Next, Warriors Orichi 3 Ultimate, Hyrule Warriors y la serie Samurai Warriors que hoy nos ocupa.

Así es, porque este mismo viernes 24 de octubre estará disponible para PS3, PS4 y la portátil PS Vita Samurai Warriors 4, título que en realidad viene a ser como la decimoquinta entrega de esta subsaga iniciada en 2004 si nos fiamos de Wikipedia (¿o acaso creéis que un servidor tiene memoria suficiente como para registrar tal cantidad de juegos y revisiones de un mismo juego sin sufrir un aneurisma?).

Sí, dejando a un lado el tema de que en Omega Force parecen tener la capacidad de parir videojuegos de una coneja en celo, vamos a analizar esta nueva propuesta musou, que así es como se supone que se llama este subgénero dentro de la acción en tercera persona.

Lo primero que llama la atención de Samurai Warriors 4 es, nuevamente, ese estilo oriental que seguramente echará para atrás a más de uno. Sin embargo esto no responde más que a una mera cuestión de gustos, así que decidimos pasarlo por alto para toparnos con el segundo punto que quizás eche para atrás a otros tantos y esta vez sí con motivos de peso: cuenta con voces en japonés y subtítulos tan sólo en inglés, por lo que si no entiendes ni papa del idioma de Shakespeare te vas a perder toda una enrevesada trama que por otro lado tampoco es que sea merecedora del Oscar al mejor guion original.

La historia nos sitúa como de costumbre en mitad de las guerras para unificar Japón, contando con personajes tan míticos como Nobunaga Oda. De esta forma podremos elegir ente las historias de diferente región descubriendo a sus diferentes personajes, que ya os avanzamos que son muchos, unos 50, lo que hará que más de uno que no sepa o no le interese seguir la trama se sienta profundamente perdido.

Según el episodio elegido podremos seleccionar hasta un máximo de dos personajes teniendo en cuenta que cada uno de ellos será más o menos afín al resto, punto que afectará a los diálogos entre los personajes pudiendo llegar a desbloquear nuevas submisiones. Una vez metidos en harina podremos saltar de un personaje a otro para repartir estopa o bien asignar a nuestro compañero unas órdenes bastante básicas como proteger una zona. La otra función de este segundo personaje se explica cuando un colega coge ese segundo mando que tenemos por ahí perdido, dando lugar a un cooperativo a pantalla partida que también podemos disfrutar online.

El sistema de combate es rematadamente simple, aunque bien es cierto que cuenta con el potencial suficiente como para entretenernos durante horas al poder desbloquear nuevos combos, movimientos, ataques especiales y armas. Básicamente consiste en un ataque rápido, uno más poderoso, bloqueo, salto, etc. Repartir estopa de forma rápida es esencial, puesto que a nada que nos descuidemos nos veremos rodeados por decenas de enemigos, aunque bien es cierto que no son más listos que cualquier objeto inanimado que tengáis por casa, convirtiendo la experiencia de jugar en los niveles de dificultad inferiores en un auténtico despropósito en el que se dan situaciones como enemigos que parecen turnarse entre ellos para no atacar, como si nos fueran a derribar con su mirada penetrante.

Machacar ejércitos y ejércitos de estos clones lobotomizados se convierte casi en un pasatiempo como comer pipas hasta que llegamos al típico jefe de zona, ese personaje puesto ahí para hacernos sufrir un poco más, requiriendo de un poco más de técnica por nuestra parte. Será entonces cuando deberemos echar mano de los ataques especiales gastando alguna de las barras de energía. Según vayamos avanzando iremos recogiendo ítems y nuevas armas, así como acumulando una experiencia que nos permitirá subir de nivel.

Hasta aquí el modo campaña habitual de todo Warriors. Sin embargo hay otro modo capaz de llamar nuestra atención, bautizado como Chronicle. En él tendremos que recorrer Japón luchando de batalla en batalla cual mercenario, haciendo tantos amigos como enemigos con nuestro personaje, el cual habremos creado previamente con un editor que nos permitirá elegir su rostro, voz, vestimenta y atributos principales. En Chronicle tendremos ocasión de acceder a nuevas misiones y conocer a nuevos personajes, resultando enriquecedor el hecho de que según avancemos por los diferentes diálogos ganaremos o perderemos afinidad con ellos, aunque hay que dejar claro que una vez saltamos a la acción el esquema suele ser el mismo que en el modo campaña: repartir estopa a mansalva.

A nivel gráfico tampoco es que impresione lo más mínimo por un factor muy simple; aquello de ver decenas de personajes clónicos en pantalla ya no impresiona, si no que más bien da el cante, llegando a sentir que hemos lanzado por los aires al mismo calvo unas cien veces y que ahí está de nuevo, imbatible cual espartano.

En líneas generales estamos ante un título sólido que en contra de lo que se podría esperar no sufre de caídas severas en su frame rate, pero hay que remarcar que es tan sólido como sencillo, con unos escenarios, animaciones, texturas y efectos más propios de la antigua generación, además de contar con defectos propios de esta como la aparición espontánea de enemigos surgidos de la nada en nuestras propias narices, algo que demuestra muy poca educación por su parte. Es por ello que en PS3 y Vita resulta más atractivo, pero que en PS4 queda lejos de dar la talla pese a lograr un nivel superior en temas como la definición y la iluminación.

En definitiva nos encontramos ante un título que ofrecerá todo aquello que aman los amantes de este subgénero: combates frenéticos contra múltiples enemigos, con la suficiente chicha detrás como para ofrecer muchas horas de diversión siempre y cuando seas capaz de empaparte de la historia de todos los personajes, sus relaciones y la de las batallas representadas, todo con un toque muy japonés que bebe del anime en el diseño de personajes, la presentación de los menús e incluso en esa música a ratos extraña y a ratos machacona.

Si además disfrutas repartiendo estopa en compañía, se agradece y mucho la posibilidad de contar con un cooperativo tanto online como sobre todo a pantalla dividida, al igual que se agradece el modo Chronicle y la posibilidad de subir de nivel a nuestro personaje. Pero al final ocurre lo de siempre; que no hay prácticamente una innovación de peso respecto a otros títulos de Omega Force ni en el plano jugable, ni en el argumental, ni en el visual, por lo que muchos se cansarán a los diez minutos de repartir estopa sin aparente sentido ni motivación alguna, y teniendo en cuenta que en PS4 ya tenemos dos representantes del género como Dynasty Warriors 8: Xtreme Legends y Warrior’s Orochi 3 Ultimate… la cosa se enfría aún más.

Lo mejor:

  • Lanzar decenas de enemigos por los aires sigue siendo divertido…
  • Cuenta con tantos personajes que no tenemos vidas suficientes como para conocerlos a todos.
  • Se agradece el multijugador cooperativo a pantalla dividida y a través del online.

Lo peor:

  • En Omega Force hacen tantos juegos de este género que es más que comprensible la profunda falta de innovación de Samurai Warriors 4.
  • A nivel gráfico aguanta el tipo como puede, presentando ejércitos clónicos y errores impropios de la nueva generación.
  • La inteligencia artificial de los enemigos deja mucho que desear. La sensación de que nos enfrentamos a hordas de ratones de laboratorio lobotomizados es constante.