Tras años de capa caída los survival horrors vuelven a estar de moda gracias sobre todo al empujón de los estudios indies, quienes no han dudado en tirar de nuevas y revolucionarias fórmulas o bien resucitar antiguas sensaciones mientras que las grandes productoras centraban sus esfuerzos en ofrecer acción genérica y poco miedo. Ello ha provocado que los referentes dentro del terror ya no sean Resident Evil o Silent Hill, franquicias míticas donde las haya, si no nuevos nombres como Outlast o Amnesia, demostrando que lo que menos importa a la hora de crear un gran juego capaz de generar emociones sean del tipo que sean es el dinero invertido en su proceso de desarrollo.
Este hecho ha provocado la reacción de las grandes editoras, quienes buscan recuperar el trono del terror perdido por sus propias decisiones. Por ejemplo se habla mucho del confirmado remake del primer Resident Evil, el cual buscará mantener la fórmula original, al igual que de un venidero Resident Evil 7 que también buscaría volver de una forma u otra a los orígenes. Pero ahí no acaba la cosa, porque Silent Hill también está de vuelta, y esta vez viene acompañado de artillería pesada.
Hablamos de Silent Hills, una suerte de reboot de la franquicia que corre a cargo de dos auténticos genios. Por un lado tenemos a Hideo Kojima, jefe de Kojima Productions y creador de la saga Metal Gear Solid, mientras que por el otro tenemos al reputado cineasta Guillermo del Toro, quien nos ha dado más de un susto con El laberinto del fauno.
Dos genios y un solo objetivo.
Silent Hills ha sido una sorpresa que pocos o nadie esperaban. Surgido como de la nada durante la conferencia de Sony en la Gamescom 2014, la feria de videojuegos que se está celebrando estos días en la ciudad alemana de Colonia, Kojima utilizó sus típicas artimañas para descolocarnos por completo, dado que lo presentado fue P.T., un supuesto nuevo título de terror desarrollado por un supuesto nuevo estudio, 7780s, que desde ese mismo instante contaba con demo jugable en la PS Store de Playstation 4. Entonces muchos jugadores corrieron a descargarlo para comprobar que lo que tenían entre manos era un enigmático ‘Playable Teaser’ que desemboca en un breve tráiler donde se desvela que este nuevo juego es en realidad un Silent Hill (la ‘s’ del final es nueva) realizado por Kojima y Del Toro con el actor Norman Reedus (Daryl Dixon en The Walking Dead) como protagonista.
Vamos a contaros nuestra propia experiencia con P.T., una demo que nos ha dejado sensaciones muy encontradas. Para empezar destacar que la acción sucede en primera persona, algo que está de moda entre los survival horrors de y que choca con la cámara en tercera persona de los juegos originales. Comenzamos en una habitación que da a un pasillo, y avanzamos dando casi tumbos hasta llegar a una puerta, la única salida. Al cruzarla volvemos al punto de partida original.
No vamos a desvelar demasiados detalles concretos dado que no queremos reventaros nada. Pero decir que las primeras sensaciones son buenas, generando angustia y ansiedad tanto por el propio entorno, que pronto se llena de ruidos sórdidos y juegos de luces bastante tétricos, como por la propia BSO. El problema es que al poco nos vemos sumidos en una especie de repetición continua de lo mismo sin aparente solución. Damos vueltas y vueltas. Entramos y salimos una y otra vez. P.T. es una demos extremadamente difícil de superar que puede degenerar en frustración. De hecho no son muchos los usuarios que la han terminado, llegando a afirmar que no tienen ni idea de cómo lo han hecho tras horas dando vueltas por la casa.
Está claro que ambos genios quieren jugar con el terror psicológico. Para avanzar es fundamental observarlo todo, mirar allí donde no quieres mirar o sumergirte en la oscuridad cuando sabes que nada bueno puede pasar. Podemos ver que, mientras damos vueltas una y otra vez, pequeñas cosas van cambiando. Aparecen frases escritas en la pared, se borran fotos, hay un teléfono desconectado, cambia el color de la luz en el recibidor, una puerta se cierra de golpe, un agujero aparece en la pared del baño... Será crucial que unamos pistas poco a poco, aunque como ya decimos no es para nada sencillo.
De hecho no son pocos los que aseguran que la demo acaba cuando ella quiera, o que incluso genera soluciones aleatorias, dado que los pasos que han llevado a un jugador a superarla parecen no funcionar al resto. Este punto, de confirmarse para el juego final, podría ser todo un acierto siempre que no resulte tan sumamente frustrante como en P.T.
Pero ahí está la principal incógnita, que no tenemos ni idea de si esta demo jugable se parecerá en algo a Silent Hills tal y como aseguran sus responsables al superarla. De hecho todo parece apuntar a que el juego final volverá a la cámara en tercera persona, y que podría ser bastante menos lioso que P.T. Por lo tanto no sabemos hasta qué punto esta demo ha servido de tanteo para recoger feedback o bien de broma pesada o despiste, aunque Kojima ha asegurado que mantendrá un nivel de dificultad extremo. El problema, como decimos, es que dicha dificultad puede hasta sacarte de la tensión, hacer que ya te aburras de dar vueltas sin aparente lógica, aunque bien es cierto que suele ser justo en esos momentos cuando nos llevamos el gran susto.
Vamos, que tal y como le gusta a Kojima, todo aquí son incógnitas. Por ahora sólo podemos confirmar que Silent Hills existe, que está siendo desarrollado bajo el motor gráfico Fox Engine para asegurar un apartado visual sólido y que va camino por ahora en exclusiva de Playstation 4. Si finalmente acaba pareciéndose a P.T. nos da en la nariz que va a encontrarse con un buen número de detractores dado lo enrevesado de su propuesta, aunque puede que también encuentre a esa sección del público que siempre busca algo diferente.
Que Silent Hills sea un experimento anecdótico y puntual o una auténtica evolución de los esquemas clásicos del survival horror solo depende de estos dos genios, y en lo que respecta a Guillermo del Toro, puede ser su ocasión ideal para demostrar que tiene mucho que decir dentro del mundillo de los videojuegos tras ese InSane que quedó en nada.