Tras generar muchísima expectación durante los últimos meses por lo ambicioso de su propuesta, Assassin’s Creed Unity ha aterrizado hoy mismo en las tiendas no sin evitar una gran dosis de polémica debido a la buena colección de fallos técnicos de los que hace gala, los cuales afean una experiencia de juego que se prometía de next gen, casi revolucionaria dentro de una franquicia que nos tiene acostumbrados al lanzamiento de una nueva entrega anual desde su estreno en 2007 con el consabido desgaste que ello conlleva. Y no nos olvidemos de que este año no sólo han lanzado Unity, si no también un Assassin’s Creed Rogue para PS3 y Xbox 360 bajo el pretexto de no dejar tirados a los fans de la vieja generación.
Es evidente que este tropiezo, justo en un momento en el que la comercialización anual de ciertas sagas está siendo más criticada que nunca, no apoya precisamente ni al buen nombre de la franquicia ni al de una editora, Ubisoft, que este año ya salió escaldada por el famoso downgrade gráfico de Watch Dogs, lo que está sirviendo para que muchos se refieran a ella despectivamente como ‘la nueva Electronic Arts’. En otras palabras, la editora francesa se la está jugando con Assassin’s Creed y ciertas decisiones que parecen atender únicamente a razones comerciales, y prueba de ello es el hecho de que sus acciones en bolsa han caído tras el lanzamiento de Unity.
Por el momento no les queda otra que entonar el mea culpa, algo que ha hecho el vicepresidente creativo de Assassin’s Creed Lionel Raynaud en sus últimas declaraciones a ComputerandVideogames, afirmando que “en Ubisoft Montreal queríamos más tiempo para trabajar en la franquicia”. De esta forma se confirma que, pese a que en su día se dijo que Unity era el título de la franquicia con más años de desarrollo a sus espaldas, dicho esfuerzo ha sido insuficiente, y es más que necesario meter a un segundo estudio de desarrollo en faena si quieren mantener el ritmo de lanzamientos anuales sin que la calidad de los próximos juegos se resienta en exceso.
En este sentido ya sabíamos que Ubisoft Quebec, responsables de varios DLC’s para el modo campaña de algunos juegos de la serie, serían los encargados de desarrollar el próximo título de la saga tras Unity, algo que el propio Raynaud entiende como una sabia decisión dado que así en Montreal tendrán algo más de tiempo para centrarse en sus propios juegos:
“Esta decisión nos da más tiempo. En Montreal hemos publicado una gran cantidad de juegos de Assassin’s Creed y nos hubiera gustado tener más tiempo para tomar ciertas decisiones y experimentar un poco. Hay cosas que sabemos que podemos hacer y cosas que asumimos que no podemos, y muchas veces me paran y me preguntan, ‘¿Por qué no podemos hacer estas cosas? ¿Qué necesitamos para intentarlo?’”.
“Cuando se tiene la presión del tiempo, saber tomar decisiones rápidas es algo que tiene un gran valor. En lugar de introducir más cosas debes tratar de preguntarte qué tipo de diferencias puedes ofrecer y si vale la pena para el jugador”.
Por otro lado desde Ubisoft Quebec se muestran más que agradecidos por la oportunidad de desarrollar un Assassin’s Creed al completo, afirmando que “habrá cosas que aprenderemos sobre la marcha, pero la conclusión es que cada uno –de los dos estudios– está súper contento y orgullosos de poder hacerlo”.
En Quebec cuentan con una plantilla de unos 350 empleados que se ampliará hasta los 400 en 2016, un número muy inferior al que se puede encontrar en Montreal pero que sin embargo sigue siendo una cifra digna de un estudio de grandes proporciones.
Ahora bien, dado que con esta medida Ubisoft parece decidida a mantener su política de un Assassin’s Creed al año llueva o truene, ¿servirá la introducción de Quebec en el ciclo de desarrollo de la franquicia para introducir novedades de peso y dar a luz grandes juegos, o por el contrario nos encontramos ante un caso similar al protagonizado por Activisión, su saga Call of Duty, y los tres estudios de desarrollo que se turnan para ofrecer año tras año más de lo mismo?