Tras dejar una larguísima trayectoria en Lionhead Studios repleta de éxitos como Black and White y los primeros Fable, el creativo británico Peter Molyneux dio el salto al terreno independiente con la fundación de 22Cans. Su primer proyecto, ideado para explotar un mercado tan lucrativo como el de los juegos para móviles y tabletas, fue un controvertido Curiosity.
Su idea central era simple: dentro de un único cubo gigante formado por cientos de millones de pequeños polígonos se escondía un secreto que, como él mismo dijo, sería capaz de “cambiar por completo la vida de su descubridor”. Molyneux nos lo presentó casi como una verdad divina, como una especie de iluminación filosófica, casi como si él mismo, en su infinita sabiduría, fuera a revelar los secretos mejor guardados del universo a un único afortunado. Para llegar hasta él todos los jugadores de cualquier parte del mundo tenían que ir explotando polígonos, pero sólo uno de ellos llegaría hasta ese secreto. El afortunado fue Bryan Henderson, un joven de 18 años residente en Edimburgo.
Con su próximo videojuego, Godus, ya en fase promocional, Molyneux descubrió que ese secreto no era otro que convertir a su descubridor en Dios de Godus por tiempo limitado, teniendo capacidad para tomar decisiones que afecten al resto de jugadores. Además, se haría con el uno por ciento de los beneficios generados por el juego.
Pero, ¿cuál es el problema? Pues que según los últimos rumores filtrados por un miembro de 22Cans, Godus podría tener muy difícil cumplir con lo prometido durante su campaña de financiación colectiva en Kickstarter, dejando caer que su modo multijugador, probablemente su aspecto más llamativo y rentable para el ganador de Curiosity, pende de un hilo.
Henderson ahora tiene 21 años, y su vida sigue igual que antes de jugar a Curiosity. Nada ha cambiado, por lo que se siente abandonado por Molyneux y sus promesas incumplidas. En sus últimas declaraciones a Eurogamer, ha asegurado que “por un momento me entusiasmé. Pensé que, dependiendo de lo bien que fuera el juego, podría ganar 10.000 libras en el peor de los casos y 500.000 en el mejor. Eso sería sorprendente. Pero hasta la fecha no he recibido ni un solo penique”.
“Realmente no sé bien explicar cómo me siento. Ya está olvidado. Todo el mundo se olvidó del tema, incluido yo, que fui quien ganó. Mucha gente encontrará extraño que no me cabree. Tal vez debería. No lo sé”.
Henderson afirma que ha tratado de establecer una comunicación fluída con el estudio, con la intención de saber más sobre el proceso de desarrollo de Godus. Para ello mandaba un email al mes, pero “la comunicación es inexistente”, por lo que finalmente ha desistido.