Una vez más los más acérrimos opositores de los videojuegos probablemente se quedarán sin argumentos al enterarse de que un nuevo estudio demuestra que no solamente no es perjudicial, sino que todos aquellos que dedican un tiempo a jugar a la consola pueden alcanzar una capacidad de aprendizaje en habilidades sensoriomotrices más desarrollada que los que no.
Dicho estudio ha sido realizado por la Universidad de Toronto, la cual ha puesto a prueba a varios jugadores aficionados a juegos de acción rápida que requieren de reflejos felinos y una coordinación considerable, y aunque sin milagros de por medio, sí que se concluye que este tipo de tareas favorecen a largo plazo que estos jugadores alcancen un porcentaje mayor de probabilidad de aprender más rápidamente habilidades que implican acciones “mano-ojo”.
No es la primera vez que se trata este tema y en juegoreviews tenemos un artículo que hace referencia a estudios similares y que además rompe con los típicos mitos asociados a las videoconsolas. Así que una vez más, no hay excusa para no dedicarle unas “horillas” a la semana a esta más que saludable afición.