Si algo funciona a las mil maravillas, ¿para qué cambiarlo? Eso es lo que deben estar pensado ahora mismo en Sony con su Playstation 4, consola que saca una gran ventaja en ventas a su máxima rival, Xbox One, convirtiéndose desde el minuto uno en la máquina más exitosa de la nueva generación.
Este hecho ha provocado que desde Microsoft lleven unos meses ejecutando una férrea respuesta comercial sustentada en eliminar a Kinect de la ecuación para igualar el precio de ambas consolas, lanzar llamativos bundles con sus mejores juegos y, desde la campaña de Navidad y por ahora de forma indefinida, rebajar Xbox One hasta unos suculentos 350 dólares (307 euros) en Estados Unidos. Y sobra decir que dicha estrategia les está funcionando de perlas, siendo capaces de recortar terreno en dicho territorio a gran ritmo.
Pero todo esto parece no influir en nada a la visión que tiene Sony de su consola, dado que Kenichiro Yoshida, CFO de la compañía, ha negado una rebaja a corto plazo en su precio de venta al público. Eso sí, tampoco se puede negar que no le falten motivos para sustentar dicha decisión, dado que Playstation 4 ha sido la principal responsable de mantener a flote las cuentas de Sony durante el último trimestre del año al vender 6,4 millones de unidades en dicho periodo.