El contingente de 51 soldados hondureños, que se encontraban desde el 10 de junio recibiendo entrenamiento en España, volverán a su país y no se incorporarán a la misión de la ONU en Líbano (FINUL).
Según explicaron fuentes del Ministerio de Defensa, el acuerdo alcanzado para que los militares hondureños acompañaran al contingente español, que asumirá desde el 15 de agosto y durante cuatro meses el mando de la misión, se encuentra “en suspenso hasta que se recuperen las circunstancias políticas en que se firmó”.
El pacto firmado por España y Honduras el pasado 30 de marzo, contaba con el respaldo del Secretariado de Naciones Unidas.
En la actualidad, Honduras se encuentra bajo el mando del presidente 'de facto', Roberto Micheletti, después de que el pasado 28 de junio miembros del Ejército del país dieran un golpe de Estado y expulsaran al presidente Manuel Zelaya. Toda la comunidad internacional ha condenado el golpe y ha instado a las autoridades golpistas a la reinstauración de Zelaya.
Los militares -ocho oficiales, ocho suboficiales y 34 soldados- habían viajado a España el pasado 10 de junio y desde entonces se encontraban en la base cordobesa de Cerro Muriano, recibiendo entrenamiento previo a su incorporación a la Operación Libre Hidalgo.
El contingente multinacional, que estará liderado por el general Ricardo Alvarez-Espejo, estará integrado por más de 4.000 hombres y mujeres, entre los que también habrá efectivos de El Salvador, India, Indonesia, Nepal, Malasia y Polonia.
A pesar de la decisión adoptada, el portavoz de las Fuerzas Armadas hondureñas, Ramiro Archaga, subrayó que el Gobierno español ha dejado ''el camino abierto'' para que “cuando la situación interna del país se resuelva ellos [los militares] puedan regresar y cumplir esa misión”.