Un estudio realizado por la Universidad de Navarra y publicado en la revista científica 'Journal of the American Dietetic Association' asegura que promover la dieta mediterránea con frutos secos, básicamente nueces, junto con una buena información, es una estrategia eficaz para mejorar el patrón alimenticio de una persona sin enfermedades cardiovasculares pero con factores de riesgo (hipertensión, diabetes, obesidad, sedentarismo.).
El estudio se enmarca en el ensayo multicéntrico PREDIMED, que investiga los efectos positivos de la dieta mediterránea en la prevención de padecer enfermedades del corazón. Los investigadores contaron con la participación de 1.551 hombres y mujeres de entre 55 y 80 años y los dividieron en tres grupos: el primero seguía una dieta suplementada con frutos secos, el segundo seguía una dieta con aceite de oliva y un tercero una dieta de control, baja en grasas. A los participantes de los dos primeros grupos se les ofreció una formación nutricional individual y se les realizaron entrevistas de seguimiento. Al tercer grupo se le dio un folleto con consejos.
Tras 12 meses de observaciones, el estudio concluye que quienes consiguieron interiorizar más la importancia de comer sano y de seguir la dieta mediterránea fueron los dos primeros.
Son muchos ya los estudios que demuestran que comer un puñado de nueces al día es muy importante para prevenir enfermedades cardiovasculares. El fruto del nogal no solo aporta ácidos Omega 3 (que el cuerpo humano es incapaz de producir), antioxidantes, potasio, magnesio y multitud de compuestos fotoquímicos que reducen el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas sino que, además, ayuda en el proceso de adaptarnos a una dieta mediterránea.