El juicio por el crimen de Cuzcurrita en el que fue asesinado el hostelero Guillermo Castillo en la madrugada del 1 al 2 de mayo ha comenzado este lunes en el Palacio de Justicia de La Rioja. Dos hombres, de 38 y 55 años, están acusados del delito de asesinato y otro de robo con violencia por, presuntamente, dar muerte al hostelero de 78 años. En esta primera sesión del juicio, que se celebra con jurado popular, han comparecido los dos acusados y ambos se han declarado culpables y se han acusado mutuamente de la autoría material del asesinato.
El acusado de 55 años -el primero en declarar esta mañana- ha dicho ante el Juez que él tenía “dinero y drogas para mantenerse, no tenía que ir a robar, ni a atracar, ni nada de eso” y ha defendido: “Yo jamás he pegado a nadie”. Asímismo ha señalado que quien tenía problemas de dinero era el otro acusado, “siempre decía que tenía que pagar cosas”, ha dicho. También ha afirmado que “no conocía a Guillermo” hasta aquella noche.
En su declaración ante el Juez ha querido ratificarse en todo lo dicho en anteriores declaraciones, aunque la Fiscalía ha encontrado varias contradicciones. Este acusado ha dicho que conocía al otro “de la prisión de Logroño” donde ambos cumplían condenas aunque, la noche de los hechos, estaban de permiso penitenciario.
En la noche de autos, este acusado ha explicado: “Él me hizo una proposición de acompañarle a Cuzcurrita porque había un señor que le debía un dinero, y esa es la primera vez que me habla de él”. Como prosigue, “una vez llegamos allá, me dejó en la plaza. Me quedé en el coche y tardó mucho. Volvió al coche, me dijo que no le había pagado y nos fuimos”.
Sobre cómo se enteró de la muerte de Guillermo -ha explicado- que fue “a la mañana siguiente”. “Le llamé y me dijo que seguramente el muerto era otra persona”, ha declarado. Después de aquello -ha expresado- “le dije que no quería ni verlo y no hemos vuelto a tener ningún tipo de relación porque me pensaba lo peor”. Además, y sobre porqué no advirtió a la Policía de los hechos lo justifica por “sus antecedentes”. Del otro acusado -indica- “era violento”.
El segundo, el hombre de 38 años, ha reconocido que conocía a la víctima desde que tenía 13 años: “trabajé para él un tiempo. Luego nos veíamos para tomar algo, o nos encontrábamos en un piso en Logroño para tener relaciones sexuales y después de ellas me daba dinero, 100, 50 o 200 euros”, ha
Pero en la casa de Cuzcurrita- donde sucedieron los hechos- afirma que “no había estado antes”. Por su parte, y sobre la relación con el otro acusado ha dicho que aquella noche, ha señalado: “yo le llamé sobre las 19,00 horas y le dije si podíamos quedar para dar una 'fumadita'. Una vez se nos acabó lo que teníamos -heroína y cocaína- fuimos a Lardero a comprar más, se nos volvió a acabar y volví a comprar”. “Después de eso ya no nos quedaba dinero y me propuso ir a un supermercado a robar dinero. Yo le dije que no y le propuse pedir dinero a un amigo mío”, ha dicho en referencia al asesinado.
Una vez en Cuzcurrita, ha declarado que le dijo al otro acusado “que se quedara en el coche”, pero que no le “hizo caso”. Cuando abrió la puerta, el otro acusado, “inmediatamente después se abalanzó contra él y le empezó a golpear”. “Fue todo muy difuso, yo no me acuerdo de todo. Yo no esperaba que lo fuera a matar. No esperaba que reaccionara así”, ha señalado. Este ha contado que preguntó por Guillermo Castillo y, ha relatado: “me dijo que estaba bien, que no me preocupara y no hice más caso”. Una vez en el coche, y según su declaración, le volvió a preguntar por el hostelero: “Dijo 'Hombre muerto no declara', pero no le di importancia porque no pensaba que era capaz de matarlo”. Finalmente -ha indicado- “supe que Guillermo había muerto al día siguiente, porque me lo dijo mi pareja”, llamé al otro acusado “para vernos y me reconoció que se les había ido de las manos”.
Por su parte, la Fiscal que lleva el caso ha querido explicar al jurado popular que tendrá que decidir sobre el veredicto del caso que “los dos acusados sabían a dónde iban y lo que iban a hacer” la noche de los hechos. Ante ello, considera culpables a ambos acusados de asesinato y de robo con violencia.
Las declaraciones de las partes
Tras calificar de “brutal” la muerte a golpes del hostelero, la abogada ha destacado que la víctima “abrió la puerta” aquella noche (sobre las 00,00 horas) voluntariamente porque conocía a uno de ellos, “incluso le consideraba su amante”. Inmediatamente después procedieron a golpearle. La víctima “por la sorpresa” pero también por la “diferencia de edad con los acusados” -tenía 78 años en el momento de los hechos- “no se pudo proteger”. Aunque por parte de las defensas de los dos acusados han querido incidir en el abundante consumo de drogas y estupefacientes de los dos acusados el día de los hechos, la Fiscal ha querido dejar claro que “ambos eran consumidores de sustancias habituales pero esto no les exime de la atenuante establecida”.
Por su parte, la acusación particular, presidida por el abogado Marcos García Montes y que defiende a una hija de la víctima, considera que el plan de la muerte del hostelero estaba “meticulosamente prememitado”. La acusación particular pide la prisión permanente revisable porque “hay cuatro tipos de alevosía que se cumplen. Se les acusa de un delito de asesinato consumado con alevosía y ensañamiento, un delito de robo con violencia con el agravante de uso de armas así como un delito de organización criminal”.
En su primera intervención en el juicio, el abogado de la familia, García Montes ha querido dejar claro que “no vamos a permitir que nadie calumnie a Guillermo. Queremos justicia, no venganza y así lo vamos a hacer. Además, el abogado ha indicado que la acusación particular ”no se encuentra conforme con parte de la investigación“ incluso considera ”que hay cuatro personas más involucradas en el caso“. Finalmente, por parte de la otra acusación particular, la abogada ha asegurado que atacaron a G.C. ”de forma sorpresiva, con abuso y con gran violencia“.
“Lo atacaron por la cabeza, registraron su pantalón, sustrajeron unos 600 euros, le arrastraron su cuerpo a un baño de la planta baja, cerraron la puerta con llave que hicieron desaparecer. Después, con la víctima controlada y maniatada, los acusados, ambos, registraron la casa entera, dejando sangre de la víctima por muchos sitios pero el botín no existía. Estuvieron dentro de la casa 1 hora y 12 minutos y con la víctima agonizando”, ha indicado.
Si son declarados culpables, los acusados se enfrentan a una pena cada uno de 27 años de prisión por el delito de asesinato y por el de robo de violencia. Por su parte, la acusación particular pide la prisión permanente revisable. Las defensas piden la absolución.