Al menos 200 personas han muerto en la ciudad nigeriana de Jos, capital del estado de Plateau, desde que se inició la ola de enfrentamientos y tiroteos este domingo. La organización pro Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW) ha solicitado al gobierno del país que ordene a las fuerzas de seguridad cumplir con los niveles internacionales del uso de la fuerza. Algunas informaciones han revelado que tanto el Ejército como la Policía se excedieron a la hora de responder a la violencia.
Las disputas entre cristianos y musulmanes se iniciaron en la ciudad el domingo por la mañana. Según los líderes de la sociedad civil, los enfrentamientos comenzaron por la reconstrucción de la casa de un musulmán que había sido destruida en la ola de violencia que sufrió la ciudad en noviembre de 2008. El comisario de policía de Plateau, Grez Anyating, sin embargo, afirma que el detonante fue el ataque que realizó un joven musulmán contra los cristianos en un distrito de la ciudad. La comunidad musulmana ha negado esta acusación.
La organización HRW pide al gobierno que investigue estas muertes y que sus responsables sean juzgados. Corinne Dufka, investigadora de HRW en el oeste de África, ha declarado que el Gobierno debe afrontar las causas de estos nuevos enfrentamientos. “Ya es suficiente, los líderes de Nigeria necesitan afrontar el ciclo de violencia alimentado por la impunidad”, ha afirmado la cooperante.
HRW ha informado que, según los informes más fiables de los líderes de la sociedad civil, todo apunta a que las luchas urbanas fueron iniciadas por multitudes sectarias armadas con pistolas, arcos y flechas y machetes.
Desde que se desencadenasen estos enfrentamientos, se han producido saqueos e incendios en casas, tiendas, iglesias y mezquitas y ya se cuentan al menos 5.000 desplazados.
Para evitar más choques, el Gobierno estatal ha desplegado efectivos adicionales y unidades de Policía antidisturbios y ayer impuso un toque de queda de 24 horas en la ciudad.
Los estados fronterizos, por otro lado, también han tomado medidas para evitar que las disputas se trasladen también a sus territorios. En los estados de Kaduna y Bauchi se ha intensificado la vigilancia en las fronteras para evitar el paso de armas y se ha ordenado a los agentes de seguridad que hagan frente a las personas sospechosas de causar problemas o de difundir una alarma en la zona.