A primera hora de la mañana (hora española) las autoridades japonesas hablaban de un seísmo de 8,8, que el Centro de Observación Geológica de Estados Unidos (USGS) ha elevado a 8,9 grados.
Sin duda es uno de los mayores seísmos, el más grave en siete años, que ha vivido en Japón en los últimos años, más si cabe teniendo en cuenta que el epicentro se ha situado a escasísima profundidad, tan solo 24 kilómetros. Éste se ha localizado en la costa norte de Japón.
Hasta el momento, las autoridades japonesas sólo han informado de numerosos heridos pero no de víctimas mortales, aunque se han caído las líneas de telefonía móvil y se han suspendido varias líneas del tren de alta velocidad. Muchos habitantes de las islas japonesas han salido a las calles atemorizados por el temblor a pesar de que las construcciones en este país cumplen con una de las legislaciones más estrictas en materia de construcción, precisamente por el riesgo que conlleva la ubicación geográfica de Japón.
Además se ha lanzado desde la Agencia Meteorológica del país una alerta por tsunami, con olas de hasta cuatro o seis metros, aviso que ha llegado a las costas de otros países del Pacífico en Asia.