El montañero riojano Alfredo García y el vasco Pedro García descansan ya en Españana. El domingo llegarona Zaragoza donde fueron nada más llegar infgesados en un centro hospitalario en el que, tras las primeras pruebas, se descartó que el riojano tenga que sufrir alguna amputación, algo que sí podría suceder en el caso del segundo.
El portavoz de la expedición riojana al Everest, José María Ciarreta, ha explicado que los dos montañeros van a ser tratados de congelaciones en las manos. Sin embargo, tras los primeros análisis se descartó el realizar amputaciones en el caso de Alfredo García, que tiene afectados principalmente los dedos índice de las dos manos.
Además, el riojano debe permanecer por lo menos hasta hoy con oxígeno. Su compañero presenta congelaciones más graves, muy probablemente tendrán que amputarle dos falanges y está en estudio si tiene más dedos afectados, detallaba Ciarreta.
Aunque el montañero riojano ha preferido no hacer declaraciones hasta dentro de unos días, cuando regrese a Logroño, ha colgado en su web un relato de la experiencia de su ascensión y descenso al Everest y de los dos días que él y su compañero de cordada pasaron a más de 8.400 metros de altura, ya que después de hacer cumbre el pasado 24 de mayo empeoró el tiempo y tuvieron que dormir en el campo 3 de la cima más alta del mundo.
El riojano relata que tuvieron que descender del Everest con un tercio de una botella de oxígeno, ya que el sherpa que tenían contratado no dejó otras dos botellas a pocos metros, como habían pactado.
Explica que él sufrió una caída en el descenso en la que el estar atado a una cuerda fija le salvó de precipitarse al vacío y que, cuando ambos entraron a una pequeña tienda en el campo 3, comprobaron que Pedro García tenía congelados 4 dedos y parte de una oreja; el riojano sufría un leve edema cerebral del que también ha sido tratado en un centro sanitario de Katmandú.
El pasado 25 de mayo, los dos montañeros consiguieron bajar al campo 2 del Everest, a 8.300 metros de altitud, donde les esperaba un equipo de rescate, que les acompañó hasta el campo base avanzado.
Desde allí mismo, iniciaron un viaje a Katmandú, en un vehículo medicalizado, y hoy, 61 días después de empezar su expedición, han regresado a España, aunque deberán esperar algunos días para volver a casa.