El juicio contra Francisco Javier Almeida, acusado de agresión sexual y asesinato del pequeño Álex en Lardero en 2021 ha concluido este martes con las palabras del imputado.
“Lo siento, no era mi intención matarlo en ningún momento. Pido perdón a todo aquel al que haya hecho daño y a la familia”. Así ha finalizado su intervención, en la que ha tratado de rebatir las “tergiversaciones” que, a su entender, ha habido durante las sesiones de juicio y se han recogido por parte de los medios de comunicación.
“El día de los hechos es verdad que había bebido”, ha comenzado su narración, para reconocer después que sí bajó al parque, como hacía en ocasiones, “pero no con ningún fin de caza, como se ha dicho”.
Ha insistido en que “no tenía intención de nada”. “Es verdad que vi a Álex en el parque”, ha proseguido, explicando que le dijo si quería que le enseñara un agaporni que tenía en casa. “Ni le obligué, ni le forcé, ni le agarré”, ha continuado su relato.
Una vez en la vivienda, cuando mostró al niño el pájaro, ha afirmado que “en ese momento empecé a tener una cierta fantasía”. Y, en una explicación que ha estremecido a los presentes por su crudeza, ha dado su versión sobre la agresión sexual sufrida por el niño.
Posteriormente, ha contado, se empezaron a oír ruidos “como timbrazos”, y “noté que Álex quería huir y lo agarré desde atrás. Con una mano le tapé la boca y con la otra el cuello, pero sin apretarlo”, ha asegurado. “Yo no tenía ninguna intención de matarlo”, ha insistido, explicando que “de repente, me di cuenta de que había perdido el conocimiento y salí a pedir ayuda. No lo tapé y se lo entregué al policía, no lo escondí”.
“Yo me arrepentí, no fue precalculado. Me arrepentí de verdad, no sé qué más decirles”, ha declarado Almeida.