El Centro Riojano de Madrid ha acogido el primero de los 'Encuentros con la Ruta del Vino Rioja Alta'. Los asistentes han podido descubrir por qué Rioja Alta es el destino perfecto para desconectar, saborear y disfrutar con los cinco sentidos de todas las maravillas de un territorio milenario.
El acto ha comenzado con la presentación de la Ruta del Vino Rioja Alta por Félix Caperos, alcalde de Casalarreina y secretario de ADRA (Asociación para el Desarrollo de la Rioja Alta). Tras él, el escritor riojano Andrés Pascual relató a modo de storytelling todos los encantos de La Rioja, como lugares insólitos por descubrir, rutas escondidas y experiencias auténticas e imperdibles.
Después de su intervención, José Ignacio Junguitu, apasionado comunicador en viticultura, enología y análisis sensorial realizó una cata distendida junto a Andrés Pascual. Ambos presentaron diferentes vinos elaborados por bodegas socias de la Ruta del Vino Rioja Alta.
Y es que en La Rioja la cultura vitivinícola se siente, se huele y se presume en cada uno de sus municipios. “Y la Ruta del Vino Rioja Alta es un destino donde este legado tiene aún mayor arraigo. Allí el vino ha dejado una huella imborrable forjada a lo largo del tiempo, y se ha traducido en un conjunto de bodegas, restaurantes, alojamientos y propuestas culturales, naturales y etnográficas para todos los públicos”.
“Pero si solo pensáramos en La Rioja como sinónimo de vino y bodegas estaríamos cometiendo un grave error”, advierten desde La Ruta, que destacan La Rioja también su historia, a su patrimonio y a la riqueza que conlleva ser cruce de caminos y crisol de culturas.
Quienes van a conocer la zona de Rioja Alta buscan experimentar y disfrutar con los cinco sentidos de todas las maravillas que les regala este territorio milenario: maridajes gastronómicos con alimentos km 0, visitas a pueblos medievales, dólmenes, ermitas, necrópolis o antiguas edificaciones restauradas. También encuentran en esta tierra su sitio quienes prefieren lugares tranquilos, sofisticados, vanguardistas, de diseño siempre con el mimo de lo auténtico, del trato personal y cercano que brindan las riojanas y riojanos.
La Ruta del Vino Rioja Alta como destino ofrece un modelo de turismo basado en entornos rurales, naturales, alejados de aglomeraciones, con actividades al aire libre y de gran calidad. Los socios conforman un conjunto heterogéneo con una oferta variada y enriquecedora. Hay planes para aventureros, foodies, winelovers, senior, románticos o familiares. Todos tienen cabida en la Ruta del Vino Rioja Alta.