“Happy Brexit!” Con humor, pero también con una mezcla de resignación, comenzó el viernes la logroñesa Carmen Ortega Hernáez, residente en Londres. Un día histórico en el que Reino Unido finalmente dirá adiós a la Unión Europea, después de 47 años como socio comunitario.
Ortega, de 29 años, trabaja en un estudio de arquitectura y con ese saludo comenzó “un día como otro cualquiera”. “Aparentemente nada cambia, aunque desde el resultado del infausto referéndum, la culpa de cualquier infortunio es atribuida al Brexit. ¡Pero qué pesadez!”, explica esta joven logroñesa a Rioja2.
No obstante, puntualiza que “Londres es una burbuja independiente del resto del país en la que el ambiente es muy internacional y ningún británico que he conocido se identifica con la situación actual”. En este ambiente, se habla más del Brexit fuera del Reino Unido que dentro, asegura.
Ahora comienza un periodo transitorio en el que, según han indicado las autoridades británicas y de la Unión Europea, nada cambiará. “¿Qué cambios me afectarán? No tengo ni la menor idea”, reconoce Ortega. “De momento tengo el 'pre-settled status' o permiso de residencia temporal por llevar aquí 4 años, que será 'settled' o indefinido cuando se cumplan 5”, detalla esta riojana.
En este periodo transitorio que empieza hoy y termina, “en teoría”, el 31 de diciembre, todo se mantiene. “Pero los acuerdos migratorios, comerciales, etc., que se apliquen a partir del 2021, son desconocidos (para mí)”, añade Carmen Ortega.
Y a tenor de lo visto hasta ahora, es difícil mantener la incertidumbre a raya. “Si me pongo a imaginar escenarios adversos, podría perder el reconocimiento de mi título profesional, podrían negarme el acceso a la sanidad pública, complicar aún más el proceso de alquilar un piso o acceder a ciertos productos financieros...”, cuenta esta joven riojana.
Lo que sí prevé Ortega, “aunque ojalá me equivoque”, puntualiza, es un efecto negativo del Brexit que afectará tanto a extranjeros como a nacionales británicos: “una subida de precios general, devaluación de la libra e incremento de productos alimentarios de peor calidad”.
La mayor preocupación, subraya la arquitecta logroñesa, viene “de la incertidumbre que nos acompaña desde 2016 y que está afectando a todos los sectores”. “Por ejemplo, muchos proyectos de arquitectura se han estancado o se han echado para atrás por numerosos motivos, fundamentalmente por la falta de confianza en el mercado. 2019 ha cerrado con pérdidas para muchos estudios, lo cual anima a plantearse si una quiere vivir una crisis de tal calibre en un país extranjero. ¿Y si fuera todo lo contrario?”, reflexiona.
Por el momento, y pese a la actual situación, Ortega tiene “una visión positiva con respecto a Europa, que tiene la gran oportunidad (y obligación) de ponerse las pilas para encontrar nuevas dinámicas que fortalezcan la Unión”.
Y concluye haciendo gala de carácter británico: “Se habló anoche del dichoso Brexit en los pubs, hoy probablemente ya no. Al fin y al cabo la flema es la flema”.