La estabilidad de las plantillas en la escuela rural es una de las asignaturas pendientes en la educación riojana. En los Colegios Rurales Agrupados (CRA) que cuentan varios centros y dan servicio a muchos municipios rurales, el profesorado cambia casi cada curso, lo que en ocasiones dificulta la rutina diaria de las escuelas, la adaptación del alumnado o el impulso de proyectos.
Javier Valgañón es una excepción. Lleva unos 18 años en el CRA del Camero Nuevo, y desde el principio como director. Aunque este curso ha sido diferente y solo ha variado un 30% el claustro, estima que de media cada nuevo curso hay un cambio de profesorado de entre el 60 y el 70%. “Estos centros están alejados y los docentes prefieren ir acercándose a Logroño”, apunta Valgañón, que celebra que “algunos años, como este, se valoran otras cosas, están a gusto y se quedan”.
Dos docentes para dos alumnas en San Román
En La Rioja hay 11 Colegios Rurales Agrupados, que imparten clases en 50 de los 174 municipios riojanos. En estos 50 centros trabajan 328 maestros y maestras y 6 profesores y profesoras y solo el 44% llevan más de dos años en el mismo centro educativo. Según datos de la Consejería de Educación, son 149 los maestros y profesores con más de dos años en la misma escuela rural.
10 de los 33 en el CRA Las Cuatro Villas de Agoncillo, 5 de 12 en el CRA del Alto Cidacos en Arnedillo, 18 de 38 en el CRA Vista La Hez en Ausejo, 5 de 16 en el CRA Entrevalles en Badarán, 7 de 21 en el CRA del Valle Oja-Tirón en Castañares, 12 de 22 en el CRA Alhama de Cervera, 6 de 22 en el CRA Valle del Linares en Igea, 23 de 33 en el CRA de Moncalvillo en Nalda, 19 de 34 en el CRA Entreviñas en San Vicente de la Sonsierra, 8 de 12 en el CRA Cameros Nuevos en Torrecilla y 24 de 46 en el CRA de la Cuenca del Najerilla en Uruñuela.
Sobre cómo afecta al alumnado en edades temparanos como son Infantil y Primaria el continuo cambio de sus profesores y profesoras, Javier Valgañón asegura “que están acostumbrados” y valora que el mayor problema es para el centro: “hay que estar continuamente explicando los proyectos, las metodologías y cosas tan básicas como cómo se enciende la calefacción en cada centro”.
Puede suponer un lastre para impulsar proyectos innovadores, “tenemos que tirar más del carro los que llevamos más tiempo. Como saben que solo van a estar un año, la implicación no es total. Aunque en general te ayudan y no quieren alterar el funcionamiento del cento”.
En el lado positivo, el director del CRA Cameros Nuevos valora que esta circunstancia también supone que llegue gente joven “con muchas ganas, que asumen el reto y funcionan mejor que si estuvieran acomodados en un colegio urbano”.
La Consejería de Educación ha creado un grupo de tarabajo para escuchar las demandas de la escuela rural y darles respuesta a través de una normativa específica adecuada a la tipología de estos centros. Aunque todavía no se han planteado medidas concretas, la estabilidad del profesorado es una de las cuestiones que se han puesto sobre la mesa.
Esta mesa de trabajo estará integrada por personal de la Dirección General de Gestión Educativa, representantes del cuerpo de Inspectores de Educación y directivos de los distintos CRAs de La Rioja, que analizará la situación particular de los centros rurales para regular su organización y funcionamiento.
Javier Valgañón defiende la necesidad de impulsar medidas para mejorar estos datos y cree que los puestos de trabajo de los CRAs deberían considerarse puestos de difícil desempeño, “porque no es lo mismo ir a trabajar a Villoslada con la carretera helada que ir al colegio de en frente de tu casa”. Y señala así que estos puestos deberían tener mejor remuneración o beneficios en forma de puntos o más estabilidad en la lista de interinos.
Asimismo, este docente plantea que “otra medida que además afianzaría población es que el profesor pueda venir con su familia por los años que se establezca de manera que también ganaríamos alumnos”.
Medidas todas para mantener viva la escuela rural que, para Javier Valgañón, simboliza la riqueza de nuestra tierra y aporta vida a todos los pueblos. “El entorno rural y la familiaridad lo hace todo más fácil”, apunta. “En los pueblos nos retroalimentamos constantemente entre la escuela y el pueblo”.