de repulsa que ha provocado la noticia de la posible ejecución de Sakineh Ashtiani, ha causado un cambio en las autoridades de Irán.
En las últimas horas, Teherán ha decidido aplazar la ejecución de Ashtiani, cuya muerte por ahorcamiento estaba prevista para este miércoles en la prisión de Tabriz (noroeste de Irán). Sin embargo, la condena a muerte se mantiene y la amenaza “sigue siendo inminente”, según informó el Comité Internacional contra la Lapidación.
La ONG, con sede en Alemania, aseguró en su Web que “las protestas internacionales han conseguido impedir la ejecución”, pero el cumplimiento de la condena “sigue siendo inminente”, por lo que pide “a la población que continúe con sus protestas, ejerciendo presión sobre los gobiernos y sobre la República Islámica de Irán”.
A través de un comunicado, el Comité Internacional contra la Ejecución y el Comité Internacional contra la Lapidación recordaron que previamente habían advertido de que el expediente sobre el asesinato del marido de Ashtiani había desaparecido de la oficina del fiscal y de la de su abogado, Houtan Kian, “con el fin de imputarle falsos cargos de asesinato”.
“Sajjad Ghaderzadeh, el hijo de la señora Ashtiani, y Houtan Kian, su abogado, han alertado varias veces del plan del régimen”, añaden. “Con la detención del hijo y el abogado de la señora Ashtiani el 10 de octubre y la supresión de los derechos de visita de ella desde el 11 de agosto y después de la construcción de una nueva acusación en su contra, la Comisión de Derechos Humanos del régimen ha anunciado que Dada la existencia de pruebas, su culpabilidad queda confirmada”, indican.
En opinión de las dos organizaciones, “el régimen ha creado un nuevo escenario para precipitar su ejecución”, aunque no precisan cómo morirá Ashtiani, si en la horca o lapidada. Por ello, instan “a los organismos internacionales y a las personas de todo el mundo a luchar con todas sus fuerzas contra el asesinato de Sakineh Mohamad Ashtiani por parte del Estado”.