El sindicato Asaja ha manifestado su preocupación y se ha mostrado dispuesto a impedir el comienzo de las obras del gaseoducto entre Yela (Guadalajara) y El Villar de Arnedo (La Rioja), hasta que Enagás aclare las formas y las fechas de ejecución.
ASAJA mantuvo la semana pasada y anoche, en Aldeanueva de Ebro, una reunión con los agricultores afectados por la construcción del citado gaseoducto, informa en una nota.
Varios cientos de agricultores se verán afectados por las obras de la construcción del gaseoducto Yela-El Villar de Arnedo, con origen en Brihuega (Guadalajara) y que atraviesa Soria, Navarra y La Rioja.
En nuestra comunidad los municipios afectados son Cervera del Río Alhama, Alfaro, Aldeanueva de Ebro, Autol, Quel, Arnedo y El Villar de Arnedo y la expropiación se realizará mediante dos fórmulas.
Por un lado será mediante expropiación forzosa de los terrenos sobre los que se va a construir los elementos de instalación fija en superficie y por el otro, mediante ocupación temporal, en una franja de terreno de cuatro metros, dos a cada lado del eje a lo largo del gaseoducto.
ASAJA se ha puesto en contacto con Enagás enprsa a la que ha enviado una carta solicitándoles una reunión para intercambiar opiniones sobre la obra, dada la cantidad de agricultores y parcelas afectadas.
La respuesta de Enagás fue la negativa a mantener un encuentro con representantes de ARAG puesto que según sus palabras habían llegado ya a un acuerdo con los agricultores afectados.
Los agricultores afectados están dispuestos a impedir el comienzo de las obras mientras no queden claras las formas y fechas de ejecución dado que muchas parcelas son de viñedos y frutales y la cercanía de recolección podría afectar a las mismas.
La construcción del gaseoducto implica la prohibición para los agricultores de arar a una profundidad superior a 50 centímetros, así como plantar árboles a una distancia inferior a 2 metros a contar desde el eje de la tubería.
También realizar cualquier tipo de obra, construcción o edificación que pudiera perturbar el buen funcionamiento de las instalaciones, con el consiguiente demérito de dichas fincas.