La campaña de vacunación avanza en La Rioja. Según los últimos datos de este viernes, nuestra comunidad ha recibido 18.215 dosis, de las que ha administrado 16.622, y ya han recibido la vacuna completa 6.521 personas. Este lunes llegan las dosis de AstraZeneca, que se administrarán a personal sanitario y sociosanitario menor de 55 años no esencial. Pello Latasa, director general de Salud Pública, nos detalla las siguientes fases.
¿Existe riesgo de desabastecimiento en La Rioja que impida seguir el ritmo previsto de vacunación?
Por un lado, está la dificultad intrínseca de las vacunas, con una exigencia logística elevada. Requieren de un frío intenso, porque hay que descongelar una cantidad exacta, hay que servirlas en condiciones de frío exactas, recogerlas y guardarlas, son muy poco estables y cuando se diluye el vial hay que gastarlo en el mismo sitio, no se puede transportar.
Además, cada vacuna tiene su propia ficha técnica y sus propias condiciones, lo que añade su plus de dificultad. Ahora trabajamos con dos vacunas diferentes (Pfizer y Moderna), pero pronto tendremos una tercera, la de AstraZeneca, y es previsible que de aquí a verano otras dos o tres casas comerciales también obtengan la autorización, con lo que estaremos trabajando con cinco o seis casas comerciales diferentes, con características diferentes, cada una enfocada a un tipo de población distinto.
Y además, como las vacunas son tan escasas, tenemos que gestionar la escasez y tenemos que hacerlo lo mejor posible siguiendo los principios de priorización por grupos. La dificultad con la vacuna es gestionar esa escasez de acuerdo con esos criterios, para que esté vacunado quien tenga que estar vacunado y como tiene que estar, con dos dosis en el plazo previsto. Eso hace que tengamos que tener una reserva estratégica para asumir las contingencias que puedan surgir. Con todo, el grueso de las entregas se ha cumplido y cada parte en los acuerdos alcanzados con las compañías. Aunque ha habido ajustes, se ha mantenido una distribución constante.
¿Mantiene que será posible que un 70% de la población esté vacunada en verano?
Yo creo que es un horizonte perfectamente factible, pero hay que entender que no es el presente, es el futuro. Es un escenario deseable, por el que vamos a trabajar, pero también es cierto que ahora mismo no tenemos vacunas suficientes como para poder satisfacer toda la demanda que hay. Por eso tenemos este listado priorizado, por eso estamos trabajando con los grupos priorizados y por eso estamos siendo tan meticulosos en la administración de las vacunas.
¿En qué momento se encuentro la campaña de vacunación?
Esta semana han acabado las residencias y la semana próxima los sanitarios de primera línea. Hay que entender que la planificación que estamos teniendo es dinámica y, aunque seguimos los grupos que nos recomienda el Ministerio, también es cierto que a veces es imposible administrar la vacuna a todos, bien porque están en cuarentena en sus casas, bien porque no pueden aprovechar esa oportunidad. Sí que es cierto que han quedado flecos de trabajadores que no han podido aprovecharla y estaremos continuamente tratando de captarlos.
¿Han sido muchos los que han renunciado a vacunarse?
Lo que nos consta es que ha habido aplazamientos porque en ese momento no le viene bien o prefieren vacunarse un poco más tarde. El motivo no lo recogemos, pero son muy pocos los que no quieren vacunarse. La mayoría de los incidentes son cuestiones de conveniencia, que no les viene bien, o hay un error en el teléfono, o tienen que pedir permiso en el trabajo y prefieren esperar un poco, pero no están relacionados con cuestionar la vacuna.
Los siguientes son el resto de personal sanitario y los grandes dependientes. ¿Cómo será esa vacunación?
El abordaje del grupo 4, el de los grandes dependientes no institucionalizados, supondrá un cambio de estrategia. Habrá grandes dependientes que puedan desplazarse a puntos de vacunación y ahí probablemente haremos uso de otros puntos además de los que hay activos ahora mismo y también habrá otros que no puedan desplazarse y no habrá mas remedio que ir al domicilio y suministra allí la vacuna.
Hay unas limitaciones técnicas con las vacunas licitadas ahora que hacen muy difícil la visita al domicilio, pero lo bueno es que la nueva vacuna, AstraZeneca, tiene una estabilidad mayor. Esta sí se puede trasladar, requiere menos frío y su inclusión probablemente nos dará más margen para abordar estos grupos.
Y luego irán los mayores de 80
También requieren una logística muy diferente. La principal dificultad es la cantidad de vacunas disponible, porque la capacidad de vacunación que tenemos es más elevada que la que está en marcha, pero con la cantidad que tenemos, hay que ser exquisitos a la hora de afinar a quién se la suministramos y poner muchos controles.
¿En las próximas etapas se suministrarán las vacunas en los centros de salud?
Todas las propuestas están encima de la mesa y probablemente, a medida que haya que ampliar el tamaño de los grupos de vacunación, los centros de salud como infraestructura tengan que entrar en la ecuación en algún momento. Ahora se buscan estrategias de vacunación para colectivos tan específicos y que tienen tantas dificultades de acceso que no es del todo conveniente hacerlo en los centros de salud, sino en espacios más grandes y más accesibles.
¿Cómo se priorizará la vacunación a los enfermos crónicos?
Tenemos que esperar a que se consensúe la estrategia de vacunación. Los enfermos crónicos serán uno de los grupos priorizados y probablemente se hará algún tipo de orden o igual hay otro tipo de recomendaciones.
¿Se ha pensado en vacunar a unidades burbuja sanitaria como Oncología o Diálisis, donde siempre están los mismos pacientes, como se ha hecho en las residencias?
Es pronto para decirlo, porque la estrategia de vacunación recoge el desarrollo del plan en tres etapas y cada etapa dura un trimestre. La primera -para trabajadores sanitarios y sociosanitarios de primera línea, residencias y grandes dependientes- busca reducir la mortalidad al máximo posible y reducir la transmisibilidad. Se vacuna a los grupos que tienen mayor carga de mortalidad y a los que más tasas de contagios pueden tener, por estar en contacto con pacientes.
En la segunda etapa, la disponibilidad de vacunas es creciente y se van metiendo más grupos a vacunar. La estrategia es reducir la morbilidad, el impacto que tiene la enfermedad en ciertas poblaciones de riesgo, que no se meten en la fase 1 porque no se busca la protección individual sino reducir la mortalidad y la transmisión en una comunidad. En la etapa 2 sí se empieza buscar reducir el impacto individual en personas con factores de riesgo y asegurar la provisión de servicios esenciales, por eso son personas mayores, crónicos y trabajos esenciales.
Y luego la etapa 3 va girando a una estrategia más general para alcanzar la inmunidad colectiva. Y es a partir de la tercera etapa cuando aproximadamente el 70% de la población podrá estar inmunizada.