“Nosotros no tuvimos un presidente, que ahora dice que los socialistas somos un peligro para la Constitución y la democracia, que desde La Rioja y artículo tras artículo, clamaba contra ella”. Con estas palabras se mencionaba por primera y única vez a esta comunidad autónoma en el debate de investidura celebrado en el Congreso de los Diputados. Las pronunciaba el portavoz socialista Patxi López al final de su intervención. ¿A quién se estaba refiriendo?
Corría el año 1979 y José María Aznar vivía en Logroño. El ex presidente que hoy defiende la Constitución por encima de todo era entonces un joven inspector de Hacienda que escribía artículos de forma ocasional en el periódico local, entonces Nueva Rioja (actual diario La Rioja). Una serie de artículos, bastante breves, en los que atacaba duramente la Constitución y ponía incluso en cuestión el modelo autonómico.
“Tal como está redactada la Constitución, los españoles no sabemos si nuestra economía va a ser de libre mercado o, por el contrario, va a deslizarse por peligrosas pendientes estatificadoras y socializantes, si vamos a poder escoger libremente la enseñanza que queremos dar a nuestros hijos o nos encaminamos hacia la escuela única, si el derecho a la vida va a ser eficazmente protegido, sí el desarrollo de las autonomías va a realizarse con criterios de unidad y solidaridad o prevalecerán las tendencias gravemente disolventes agazapadas en el término nacionalidades, y así un sinfín de transcendentales temas, cuyo desarrollo dependerá del equilibrio de fuerzas políticas que surja el próximo día primero de marzo”, escribía en uno de esos artículos.
En otro de ellos se preguntaba “¿cuántos de sus artículos (de la Constitución) fueron debatidos en el Parlamento que cabalmente, existe para eso? ¿Es este el precio de la democracia? ¿No será más bien el de una mala gestión de los asuntos públicos?”.
Según defendía José María Aznar en aquellos artículos, “se consensuó la Constitución entre los dos partidos mayoritarios, al margen y, ¿por qué no decirlo?, a espaldas del Parlamento. La Constitución fue aprobada, sin debates relevantes, en grandes bloques sobre los que existía previo acuerdo. Y si ya había acuerdo, ¿de qué servía el debate? Este fue el primer atentado al Parlamento”.