@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } Este festival, de unas dos horas de duración, estuvo dividido en dos partes. Cada una comenzó con las interesantes coreografías del grupo de danzaterapia de FEAPS La Rioja. Después actuaron los bailarines del Estudio Conchi Mateo con danza moderna, clásica, española, flamenca, oriental, claqué y otros muchos estilos.
El grupo de danzaterapia o psicobalet lo forman seis personas con discapacidad intelectual con edades comprendidas entre los 16 y los 25 años. Reciben clases de la mano de Virginia Uzábal durante todo el año y les está reportando muchos beneficios, tanto emocional, como físicamente. “Aumenta su autoestima y la seguridad en sí mismos. También les aporta mayor elasticidad y control de las diferentes partes de su cuerpo”, explica Silvia Andrés, gerente de FEAPS La Rioja.
Además, según un test realizado entre los miembros de FEAPS que la practicaban y otros que no, la danzaterapia mejora la memoria inmediata, un aspecto de gran importancia para las personas con discapacidad intelectual. En el grupo actuarán también Andrea Echazarreta y Marcos Bartolomé, voluntarios de FEAPS La Rioja que bailan habitualmente con con ellos.
Esta iniciativa, además de servir para demostrar que la integración es posible, tiene un doble objetivo. Por una parte, sensibilizar y dar a conocer a la sociedad las potencialidades de las personas con discapacidad intelectual, la utilidad del papel social que desempeñan y sus aportaciones positivas.
Por otra, recaudar fondos para apoyar económicamente los programas que desarrolla FEAPS. Los cinco euros de cada entrada irán destinados a la Federación y, además, se creó una 'fila cero' al precio de tres euros para quien quiera colaborar económicamente y no puedo asistir al espectáculo.
En la actualidad existen en La Rioja 1.400 personas con discapacidad intelectual, de las que 800 se benefician de los programas y servicio de FEAPS, una organización no gubernamental que está integrada por las asociaciones ASPRODEMA, ARPS, ARFRAX y FUTURIOJA. Su único cometido es mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y sus familias.