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Bildu centra el debate político tras alcanzar el poder en más de un centenar de consistorios

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El CIS no contaba con ello, como tampoco las formaciones políticas. De ahí que el efecto Bildu sólo se haya conocido una vez se abrieron las urnas y tras la votación de los vascos y vascas, que decidieron convertir a Bildu en la segunda fuerza política por detrás del PNV, pero la primera en poder municipal. Después del 22-M, Bildu ya se había asegurado un buen número de alcaldías con mayoría absoluta. Desde el lunes 23 de mayo hasta el viernes pasado se sucedieron las negociaciones para obtener más gobiernos y sumar a sus mayorías simples los votos del PNV, fundamentalmente.

Ni PP ni PSE iban a pactar con la izquierda abertzale, según las declaraciones de distintos líderes que se fueron sucediendo hasta este mismo sábado. El más afectado ha sido el partido socialista de Euskadi, que ha perdido bastiones a favor de Bildu, como San Sebastián o Rentería, ambos en Guipúzcoa y gobernadas siempre por los socialistas de Egiguren.

Desde el sábado pasado, Odón Elorza dejó de ser el primer edil donostiarra. Le sustituye en el cargo Juan Carlos Izaguirre, que llamó al fin de la violencia en su toma de posesión junto a una petición expresa del excarcelamiento de presos etarras. San Sebastián será gobernada por Bildu, al frente de cuya formación se halla en la capital donostiarra un Izaguirre sin experiencia política.

Pero, además, gobernará en otros 58 municipios guipuzcoanos, una treintena en Vizcaya y doce en Álava. A ellos se sumarán algunos otros, con impugnaciones, en algunos municipios vizcaínos. Es todo un éxito jamás conseguido por una formación política claramente definida de la izquierda abertzale.

El hecho de que el PNV haya dado su apoyo a Bildu en municipios tradicionalmente socialistas como Lasarte en Guipúzcoa o Trapagarán en Vizcaya ha despertado la polémica entre el PSE y los peneuvistas que han tildado la actitud de los nacionalistas vascos de “radical” y de tener la intención de crear un “frente nacional”. Hay que sumar las palabras del vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien este fin de semana declaró no sentirse a gusto con los pactos que se habían sellado entre PNV y Bildu en las instituciones vascas.

El vicepresidente Rubalcaba considera que “se podían haber hecho las cosas de otras manera para que Bildu tuviera menos apoyo institucional” mostrando un claro descontento con la actitud del PNV, socio preferente del PSOE en el Congreso. Según el ministro del Interior, éste pensaba que “las cosas se iban a hacer de otra manera”, a pesar de lo cual “el Gobierno tiene como objetivo que ETA olvide la violencia definitivamente, que la entierre”. Frente a él, González Pons, secretario de Comunicación del Partido Popular, hablaba este domingo desde el Club Náutico de Gandía (Valencia) advirtiendo que “estamos ante el final de la banda terrorista”, “pero, con Bildu en las instituciones, podemos volver al principio”, algo que es “indigno, impresentable, indecente y un profundo error que podemos pagar tarde o temprano”. “Con la llegada de Bildu al gobierno de varios ayuntamientos vascos”, ha denunciado Pons, “van a tener acceso a los impuestos que recaude el Ayuntamiento, a información sobre los ciudadanos y al control de la Policía Municipal”.