Todo se olvida. Lo bueno, lo malo... Es ley de vida. El presente casi no existe. En el fútbol, tal y como está concebido, todo depende de los resultados. Son los que deciden, los que acechan a los entrenadores, los que provocan los sentimientos en los aficionados. Y la grada de Las Gaunas ha hablado. Lo ha hecho en la jornada 14 para dejar a un lado la desconexión con el equipo y centrarse en lo que está por llegar. Lejos queda la petición de que Sergio Rodríguez deje de ocupar el banquillo. Desde aquellos gritos, cinco victorias en el campo municipal y sin recibir ningún gol. Por eso el tanto de Bobadilla, en el minuto 91, todo hay que apuntarlo, sirvió para que la plantilla blanquirroja hiciera piña sobre el artífice del triunfo y para que el aficionado jaleara a los suyos.
Una victoria, más allá de los medios escogidos o realizados, que deja a la UDL en el buen camino después de su horrendo comienzo liguero. Ahora es como si hubiera empezado una nueva perspectiva que ya se ha había atisbado hace varios fines de semana. La fase de ascenso está cada vez más cerca, incluso se duerme en ella este sábado, y en el horizonte aparece un buen panorama para confirmar que este bloque tiene capacidad para estar donde mandan los mejores.
Intentó la UDL imponer ritmo e la intensidad desde el pitido inicial. Pese a ello, como se está comprobando en las últimas jornadas, el técnico riojano apuesta por un equipo que donde mejor vive es con espacios. Por ahí amenaza el cuadro blanquirrojo, este sábado con dos extremos puros en los costados -aspecto inhabitual en el preparador riojano-, con un hombre como Rayco que va cogiendo el ritmo -se intuye que van a ocurrir cosas cada vez que toca el balón- y con un Marcos André, que acabó lesionado. Así llegaron las primeras amenazas para Cebriá, espectacular durante todo el encuentro, a modo de falta lateral y saque de esquina. Precisamente de un córner vino la ocasión más clara. Rayco la puso en corto para Salvador y el centro fue interceptado por Escoruela con el brazo extendido. El árbitro no dudó pese a que el asistente no levantó la bandera.
A Rayco le pudieron las ganas. Cuerpo atrás y balón a la grada. Luego miró el punto de penalti, como lamentándose del mal estado del terreno de juego. Lo mejor, sin duda, fue la reacción de la UDL. No cejó en su empeño y continuó metiendo a su oponente en su campo. Marcos André remataba de cabeza fuera un centro de Salvador. Ñoño dibujaba una diagonal desde la izquierda para encontrarse con el aplomo de Cebriá. Y, de nuevo, el andaluz galopaba para asociarse con Marcos André y rematar forzado con la puntera al lateral de la red.
El Vitoria cedió metros. Víctor López y Ñoño parecían desconectados, no entraban en juego. Lo intentaba ahora la UDL por dentro, con paredes, con verticalidad. Faltaba el último pase. Por eso, no hubo agobio para el cuadro visitante, que supo mantener el orden en el apartado defensivo a la vez que supo ir evitando que el dominio territorial de los riojanos fuera a más. La segunda mitad arrancó con equilibrio de fuerzas e intensidades, aunque el Vitoria ralentizaba sus acciones en aras de poner nerviosa a una UDL que no encontraba continuidad. Pese a ello, seguía llevando la iniciativa y buscando el fallo del rival. Kaiser erró dos veces en la misma jugada pero reaccionó jugándose el penalti para rebanarle la pelota a Marcos André cuando el delantero lo tenía todo a favor.
Regís apuntaba la prácticamente única acción ofensiva de los suyos y Miguel reaccionó con una buena parada. Sergio Rodríguez dio entrada a Rubén Martínez y el balear fue el que más cerca de hacer el primero. Se quedó ante Cebriá, pero el meta le fue tapando y el blanquirrojo se fue escorando hasta el punto de que el portero le ganó la acción. En la grada, como era lógica, lamentaba la oportunidad perdida. La UDL ya era dueña del cuero. Porfió en generar tanto por fuera como por dentro, pero Cebriá estuvo firme para frenar el ímpetu de los locales, cómo evidenció, otra vez, ante Rubén Martínez en un tiro seco. Lo volvería a intentar el zurdo en dos ocasiones más (una chilena y un tiro que se fue al lateral de la red), pero sin fortuna.
Marcos André se retiraba lesionado -fractura de clavícula- justo 6 minutos antes de que Rayco dejara su sitio a Ander Vitoria. Apareció Andy para adelantar la posición de Olaetxea, a gran nivel en su labor como centrocampista. El ariete ex del Barakaldo no tuvo posibilidades de marcar. El duelo se iba acabando y la UDL, que insistía, encontró el premio en el minuto 91 tras un córner rematado por Bobadilla. Algarabía en Las Gaunas. Pero duró poco. Porque tocó sufrir. El Vitoria, agazapado casi toda la segunda parte, amenazaba con balones largos y varias faltas lejanas, aunque sin consecuencias. Hubo que esperar hasta el minuto 98 para que el aficionado aplaudiera a los suyos.