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Cambiar de entrenador, ¿Una buena opción?

Rioja2

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La destitución de Quique Setién como entrenador del Logroñés ha sido la tercera dentro del grupo II. Tres sustituciones al frente del equipo que comparten objetivo común: lograr el punto de inflexión necesario para reconducir una situación que amenaza ruina. No todas han logrado el objetivo perseguido y el Logroñés buscará, desde este domingo ante la Real Sociedad B, que al menos se cumpla la máxima que asegura que “a entrenador nuevo, victoria segura”.

La salida más precipitada fue la de Adolfo Echeverría como entrenador del Peña Sport. Después de once jornadas al frente del equipo navarro la directiva consideró necesario un cambio en la dirección del club. Dos victorias y un empate (siete puntos sumados sobre 33 jugados) fueron los argumentos que avalaron la salida de Echevarría y la llegada de Patxi Rípodas.

Pero la reacción del equipo ni ha llegado ni se le espera. La situación de la Peña Sport no es un problema coyuntural sino estructural y Rípodas, desde su llegada, ha logrado una victoria (ante la Real B) y dos empates contra el Zamora y el Real Unión. Todo para cerrar la primera vuelta en la última posición y ver la salvación, a falta de 18 partidos, a once puntos de distancia.

El contrapunto a la situación de la Peña Sport es la del Logroñés CF. El otro equipo de la capital riojana ha ganado (al menos hasta la fecha) con el cambio de entrenador. Se dilató la presencia de Balta en el banquillo de rojiblanco confiando en una reacción, pero después de trece partidos y siete empates el club presidido por Eduardo Blanco también dijo basta.

Llegó Rafa Sáez, se cumplió el tópico, y en su estreno logró la primera victoria de la temporada (3-1) ante el Guadalajara. Cogió al equipo como colista del grupo, a ocho puntos de la salvación y después de jugar la primera jornada de la segunda vuelta la situación se ha invertido. Ha ascendido hasta el puesto de promoción por el descenso y tiene la salvación directa a menos de un partido. Quizá, pese a que no les guste mirarse en el espejo de su gran rival, los directivos blanquirrojos confían en que Abadía repita el papel de Rafa Sáez.