El ciclista Carlos Coloma ha recibido la distinción de Riojano Ilustre en el acto institucional del Día de La Rioja. El decreto de concesión de esta distinción resalta que el ciclista albeldense “encarna los valores del deporte, como el esfuerzo, la perseverancia ante las dificultades o el espíritu de superación, y es todo un ejemplo para niños y jóvenes por su nobleza, juego limpio y espíritu solidario”.
En este contexto, el deportista riojano, que fue medalla de bronce en los Juegos Olímpicos 2016, celebrados en Brasil, ha destacado que “debemos transmitir a las nuevas generaciones los valores que el deporte aporta a nuestras vidas y el desarrollo de las cualidades físicas y morales que la actividad deportiva nos proporciona”. En esta línea, ha incidido en los valores que representa el deporte y, sobre todo, el “espíritu olímpico” como “el compañerismo, la amistad y el apoyo constante al que lo necesita, el conseguir los objetivos sin atajos y sin trampas”, algo que “son los pilares de mi carrera deportiva”.
En su discurso de agradecimiento, Coloma ha dicho que era un día “especial e irrepetible”, así como que es “un orgullo y espero, humildemente, servir de referencia para todos los riojanos”. Ha negado, en su caso, el refrán de que “nadie es profeta en su tierra”, puesto que “yo siempre me he sentido querido y arropado”.
El ciclista riojano ha tenido un recuerdo para sus padres, a su mujer e hijos, a su familia en general, especialmente a sus abuelos, sin olvidar a su pueblo, Albelda de Iregua. Precisamente, el padre del deportista, también Carlos de nombre, ha sido el encargado de presentar a su hijo, del que ha destacado “su sencillez”. En su recorrido por la vida profesional del ciclista no ha obviado los malos momentos vividos por Coloma, debido a sus “lesiones”, para finalizar destacando la medalla olímpica lograda el verano pasado, “el sueño de cualquier deportista”.