El conseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, Santi Vila, criticó que son las previsiones de riego de las comunidades de Aragón y La Rioja que se contemplan en el nuevo plan hidrológico del Ebro las que ponen en peligro el futuro del río.
En una intervención ante el pleno del Parlament, sostuvo que el plan contempla unas previsiones de crecimiento del regadío en estas comunidades “que no pide nadie” y que no tienen sectores económicos detrás que los sustenten.
Consideró que el caso de Aragón es especialmente grave porque en el plan hidrológico, a su juicio, no quedan acreditadas estas necesidades de agua: “Las reservas previstas no tiene justificación económica ni de los regantes”.
El conseller lamentó que en Aragón el tema del agua siempre se trata en “clave política”, y se ha mostrado convencido de que la Generalitat podrá desactivar el plan hidrológico impugnándolo ante la UE.
Desde ICV-EUiA, partido que también es contrario al plan, le reprocharon al conseller que no tiene credibilidad en criticar las previsiones de los regantes de otras comunidades y no decir nada sobre la de los regantes catalanes.
“¿No cree que le resta credibilidad cuestionar las 350.000 hectáreas de regadío de otras comunidades y no hacerlo de las 100.000 de Catalunya?”, se preguntó la diputada ecosocialista Hortènsia Grau.
Vila le replicó que “hay ampliaciones de riego que tiene sentido y las hay que no lo tienen”, y consideró que las de Catalunya están entre las segundas; también anunció que ha dado órdenes para convocar en las próximas semanas la Comisión de Sostenibilidad de las Terres de l'Ebre.
El diputado del PSC Xavier Sabaté lamentó que el Govern “no concreta” como piensa enfrentarse al plan, y ha recordado que ya demostró tibieza cuando sí avaló la política hidrológica para el Ebro que hizo el gobierno de José María Aznar.
El conseller sentenció que el plan es antiguo, no sigue criterios ambientales y ha nacido “muerto” porque deberá revisarse en el 2015.