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“Comer carne es un desperdicio energético”

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La palabra vegano se inventó hace relativamente poco tiempo para intentar denominar a esta nueva forma de vida. Carlos Faulín es vegano y propietario del establecimiento Begin Vegan. “Vegano es una forma de vida que afecta a la alimentación, a la forma de vestir y a otras facetas de la vida que se basa, principalmente, en no utilizar a otros animales”. Superar lo que los filósofos denominan especismo o la discriminación por razón de especie.

Un vegano, explica Fauilin, “da un paso más”. Y es que este colectivo rechaza la crueldad a la que “hay que someter a las vacas para que den leche o a las gallinas para que pongan huevos”, apunta. “Para los veganos los animales no son cosas y no solo los protegemos y queremos mejorar un poco sus condiciones sino que damos un salto y vamos más allá”. Los veganos como Faulín consideran que los animales “están muy emparentados con nosotros y de hecho hay estudios que avalan esta teoría”. Un cerdo, apunta, tiene el nivel cognitivo de un niño de dos años, “imagínate lo que es encerrar y hacer daño a un niño de dos años”.

Una filosofía de vida que marca la alimentación de estas personas y que tal y como cuenta Faulín reporta beneficios para la salud.Cada vez más estudios abogan por retirar la leche como producto recomendado más aún cuando el 40% de los españoles somos intolerantes a la lactosa”. El alimento ideal, explica, debe transitar rápido por los intestinos y la carne, por ejemplo, necesita 72 horas.

De hecho, algunas compañías aseguradoras de Estados Unidos aplican descuentos a sus clientes vegetarianos porque “cuanto más vegetal es tu dieta, menos posibilidades tienes de padecer diabetes, colesterol o sufrir enfermedades cardiovasculares. Aunque también hay veganos que no se alimentan bien y abusan de determinados alimentos y muestran carencias de otros”.

Por eso, añade, debemos controlar muy bien los alimentos que ingerimos así como las cantidades y, por lo general, nos hacemos análisis de sangre cada año para ver cómo están los diferentes indicadores.

Para Faulín son más los pros que los contras de seguir esta alimentación y este estilo de vida. “El cáncer de colon es muy raro que se dé entre veganos y los tumores crecen mucho más despacio sin proteína animal”. Pero además, hay que tener en cuenta la parte espiritual o lo que Faulín denomina “salud integrativa”.

Ayudar es muy sencillo haciéndote vegano”, asevera. Para ayudar a un animal que te encuentras en la calle debes dedicar mucho tiempo a buscarle otro hogar, cuidarle... sin embargo dejando de comer animales ya estás ayudando a 72 animales al año que no tienen que pasar por ese proceso de sufrimiento al que están sometidos. 72 animales por persona y año y 3.000 durante toda una vida. Una forma de ayudar, dice, sin tener que moverme del sofá.

Pero además, “comer carne es un desperdicio energético”. Y es que los veganos también tienen en cuenta lo que denominan, huella ecológica. Alimentar a un animal para que una persona pueda comer carne durante un año requiere cinco hectáreas de terreno mientras que con lo que se obtiene de cultivar esas 5 hectáreas se podrían alimentar 70 personas.

En este sentido, “La Rioja necesita 2,4 veces nuestra superficie para mantenernos. Y esto hay que reducirlo porque lo que estamos haciendo es comprar fuera y obligar a los africanos y americanos a pasar hambre. Nos estamos comiendo sus recursos. De forma que, a nivel medioambiental y social, ”la forma de detener las hambrunas es comer de la manera energéticamente más eficiente, comer directamente los granos“.

En cuanto al presupuesto necesario para ser vegano, Faulín asegura que no es mucho más caro. Una buena comida vegana es un plato de alubias con arroz y verdura. Ahora bien, puedes comprar las alubias a 80 céntimos el kilo o cultivadas de forma ecológica y que no hayan pasado por cámaras por un precio algo superior. “Como en todo, está la capacidad económica de cada uno y lo que decida gastarse en comer con calidad”.