Durante el día, mantenga las ventanas cerradas y las persianas bajadas en aquellas zonas donde dé el sol para proteger la vivienda del calor.
Aproveche a ventilar su casa por la noche, cuando las temperaturas han descendido. El uso de ventiladores puede aliviar hasta cierto punto los efectos del calor, pero no implican un descenso de la temperatura. Para ello, puede ser necesario, en su caso, la utilización de aparatos de refrigeración.
Permanezca en las habitaciones más frescas, ventiladas o acondicionadas.
Beba mucha agua sin esperar a tener sed. Evite todo tipo de bebidas alcohólicas.
Si usted está tomando de forma crónica alguna medicación, consulte con su médico; él le recomendará la cantidad de líquidos que puede beber al día de acuerdo con su edad y su estado.
Evite las comidas calientes o pesadas. Recuerde la dieta tradicional de verano basada en platos fríos, ensaladas y frutas.
Use ropa apropiada: ligera, no apretada, de colores claros y preferentemente de algodón, evitando la ropa sintética. Utilice sombrero o gorra para protegerse del sol.
Use protección para los rayos solares. Unos 30 minutos antes de salir al sol, aplíquese crema protectora con factor de protección mayor de 15 y repita la operación a menudo.