El español Alberto Contador (Astana) sentenció su triunfo en la presente edición del Tour de Francia tras imponerse en la decimoctava entrega de la ronda gala, una contrarreloj de 40 kilómetros donde hizo gala de su versatilidad, maestría, fuerza y pundonor encima de una bici.
El pinteño, que ya suma cinco días como jefe de la 'Grand Bouclé', amplió su diferencia respecto a los hermanos Schleck, incómodos en esta parcela, y también sobre el elenco de estrellas que llegaban a este Tour como favoritos. Armstrong, que recuperó sitio en el podio, está a 5:25, y Andy Schleck, segundo a más de cuatro minutos. Ni el todopoderoso Cancellara, campeón olímpico en esta distancia, pudo con el madrileño, un todoterreno cuya cadencia era la de un especialista en esta disciplina. Y es que Contador, que ya avisó con su título de campeón de España contra el crono antes de llegar a Mónaco, destrozó en cada punto de referencia el tiempo de sus rivales.
El 'líder' del Astana estuvo impecable arriesgando al máximo en cada curva y acelerando tras la subida al alto del Bluffy, único compromiso en la etapa. Como si tuviera que luchar por el amarillo, Contador lo hizo más suyo, sentenciando como a él le gusta y ganando con sufrimiento, para darle doble valor a su hazaña.
Una hazaña que se tradujo en su segunda victoria en este Tour, sin contar la contrarreloj por equipos y la que dejó escapar el miércoles por su bondad, además de por su intención de no enemistar con sus compañeros de pelotón. Contador, que ha escapado de los focos críticos y de las voces que cuestionaban su liderato, ha respondido con firmeza.
LUCHA POR EL PODIO
La supremacía de Contador ha dejado al Tour huérfano de una lucha por la primera plaza a falta de tres etapas --sólo una con juego-- por lo que la vuelta francesa se centrará ahora en la lucha por saber quién acompañará al pinteño en la gloria de los Campos Eliseos de París.
Para ello, Andy Schleck tiene ventaja. A pesar de que fuese vigésimo primero en la etapa, el luxemburgués mantuvo la segunda posición de la general, mientras que su hermano Franck no pudo hacerlo ante el evidente esfuerzo en Le Grand Bornand y la deficiencia en este terreno.
Su plaza la aprovechó Armstrong, decimosexto en la etapa por detrás de todos los especialistas contra el crono, entre ellos el sorprendente Bradley Wiggins (Garmin), y a sólo un minuto y 14 segundos de su objetivo, el segundo peldaño, que supondría un enorme reconocimiento a su trabajo y valor por regresar a la alta competición tres años y medio después.
Una etapa que clarificó el panorama de este Tour, pero también del ciclismo a una escala mayor. Contador, presente y futuro, no pudo disparar como habitualmente hace con cada triunfo, pero sentenció de una manera ejemplar. El de Pinto es el mejor en todos los terrenos.
Este viernes el Tour afronta su antepenúltima etapa entre Bourgoin Jallie y Aubenas, de 178 kilómetros. Un capítulo que presenta dos puertos de cuarta categoría y uno de segunda, justo antes de encarar el tramo final de la prueba, que acercará, aún más, a Alberto Contador a su segundo Tour de Francia.