Ecuador ha vivido durante los últimos años cambios importantes: una nueva Constitución aprobada por referéndum en 2008, unas elecciones generales, un importante fenómeno migratorio… Pero todo ello parece no se suficiente en opinión del presidente del país, Rafael Correa.
El mandatario ecuatoriano ha asegurado que todavía “falta mucho por hacer” para fortalecer su proyecto de “revolución ciudadana” con el que busca una “transformación radical” en Ecuador pero “sin violencia” y “con inteligencia”.
Durante una inédita comparecencia en el Congreso, que se extendió por más de cinco horas, Correa presentó su informe anual sobre el primer año de gestión de su segundo mandato. “Lo que falta por hacer es mucho más de lo que ya hemos hecho”, enfatizó al hacer un balance de sus políticas sociales y económicas.
Según el presidente, en Ecuador se requiere de una “transformación radical sin palos, sin piedras, sin violencia, con inteligencia”, e insistió en la necesidad de acabar con la “doble moral” de aquellos que confiesan ser de izquierdas. “Una izquierda sin sentido común está condenada al fracaso”, sostuvo.
En este contexto, Correa elogió los logros obtenidos durante los últimos 12 meses por haber implementado una “política digna, soberana y de calidad” que da prioridad a “lo humano sobre el capital”, en la que no interfieren otros países como Estados Unidos.
Así, se refirió a la política económica que ha permitido lograr un crecimiento económico de 0,36%, pese a que América Latina en su conjunto tuvo un retroceso. “Bajar cuatro puntos, casi cinco puntos de pobreza con una crisis de por medio, en tres años y medio de Gobierno, es un logro realmente excepcional”, expresó.
Sin embargo, durante su comparecencia, el mandatario ecuatoriano no hizo mención de las relaciones de su Gobierno con otros países,
como es el caso de Colombia, con el que mantiene rotos sus vínculos desde marzo de 2008.
Por otro lado, advirtió de que está dispuesto a “endurecer” su política migratoria para frenar la delincuencia. “Estamos haciendo un estudio muy profundo para ver si hay relación entre la entrada de naturales de ciertos países y el incremento de inseguridad. De verificarse esta hipótesis, tengan la seguridad que haremos los cambios y tomaremos las medidas que sean necesarias”, alertó Correa.
Quito y Bogotá han tenido fuertes roces por algunas decisiones de Correa de controlar el flujo de colombianos hacia territorio ecuatoriano, después de varios altercados que han tenido lugar en la frontera común. “En cuestiones de seguridad, no se trata de demagogia y hasta de xenofobia”, subrayó.
Respaldo popular
Correa ha realizado estas declaraciones cuando sólo han pasado unos días desde que un sondeo revelará el apoyo del 53% de la población a su gestión. La encuesta de Cedatos-Gallup muestra cómo este porcentaje es superior que al que obtuvo hace un año, cuando el mandatario tenía el 51% de los apoyos, pero mayor aún al del pasado mes de enero cuando su aceptación había caído al 42%, comentó el director de Cedatos-Gallup, Polibio Córdova, en declaraciones a la cadena Ecuavisa.
La popularidad de Correa “ha tenido un repunte en los últimos meses”
, aseveró Córdova. Según la encuestadora, los ecuatorianos valoran positivamente la gestión del actual mandatario en el área de salud, educación, vivienda y los programas para los estratos más empobrecidos, aunque no aprueban su labor frente al desempleo, la economía y la libertad de expresión.
El 38% de la población aprueba la “forma de ser” de Correa, aunque sus opositores aseguran que es un “autoritario”. Pese a esto, un 36% de la población está dispuesta a votar por el actual mandatario en unos próximos comicios, informó la prensa local.
Correa llegó por primera vez a la Presidencia en enero de 2007 por un período de cuatro años. Pero en 2009 se celebraron unas nuevas elecciones generales en el marco de la nueva Carta Magna en las que se eligieron a todas las autoridades ecuatorianas, incluyendo al jefe de Estado, por un período de cuatro años.