Hace ya cuatro años que el mandatario Fidel Castro cedió constitucionalmente el poder político cubano a su hermano Raúl Castro por problemas de salud. Desde que este último subiera al poder y prometiera al pueblo cubano que realizaría cambios sustanciales, los cubanos y el resto de actores internaciones no han sabido muy bien hacia dónde se ha dirigido exactamente su política. ¿Realmente se puede hablar en Cuba de cambios o sólo son en realidad ajustes económicos que sirven para que el pueblo cubano y la comunidad internacional crea en el progreso cubano?
Lo prometido es deuda
La isla cubana que fue colonia española hasta 1898, sufre hoy una profunda crisis política, económica y social, y las políticas del gobierno cubano son responsables, en gran parte, de esta situación. Sin elecciones libres ni partidos políticos, Fidel Castro Ruz y su hermano Raúl controlan desde hace casi medio siglo el gobierno cubano. En el país las libertades de expresión, de asociación y de sindicatos independientes están limitadas.
El desastre económico es palpable. Con la llegada política de Raúl Castro, muchos cubanos vieron que con él (y no con su hermano) podría llevarse a cabo una “transformación socialista”, que inició con una serie de reformas aún muy incipientes para democratizar el país. En el primer discurso dirigido a la Nación cubana como nuevo presidente el 24 de febrero de 2008 (desde 2006 ya figuraba como presidente provisional a causa de los problemas de salud de su hermano), Raúl Castro declaró que empezaría a abolir algunas restricciones sencillas que definió como “prohibiciones absurdas que tuvieron cómo único objetivo evitar el surgimiento de nuevas desigualdades en un momento de escasez generalizada”.
Entre los reclamos más importantes que prometía inicialmente Raúl Castro se encontraba la revalorización del salario y la eliminación de la doble moneda (el peso cubano y el peso convertible), este reclamo se debe a que el salario medio mensual de los cubanos, según datos ofrecidos por el la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), es de 429 pesos, lo que equivale a unos 17 dólares con los que deben comprar en tiendas en divisas y a altos precios productos de primera necesidad. Los cubanos reciben de forma universal y gratuita servicios de salud y educación, así como algunos alimentos y productos básicos subsidiados mediante una cartilla de racionamiento. De momento, la medida sobre la eliminación de la doble moneda se encuentra paralizada.
La eliminación de restricciones a viajes también fue otra promesa por parte del dirigente, actualmente los cubanos deben pedir un permiso de salida que cuesta 150 dólares, que puede ser denegado y fija una estancia en el exterior de 30 días. Si quieren exceder el tiempo, deben pagar 50 dólares por mes adicional y no pueden estar fuera más de 11 meses. En total, los trámites para viajar sobrepasan los 500 dólares. Sobre este tema, el presidente tampoco se ha pronunciado.
En cuanto a la compra-venta libre de casas y coches, Castro no se ha pronunciado. Cerca del 90% de los cubanos son dueños de sus viviendas, no pagan impuestos por ellas o abonan bajos alquileres, pero no pueden venderlas, solo cederlas o cambiarlas. En cuanto a los coches, sólo pueden comprar uno si les fue otorgado un permiso y libremente si es fabricado antes de 1959.
Escepticismo sobre los “ajustes” que no son “cambios”
Raúl, de 79 años, como presidente provisional en 2007 anunció “cambios estructurales y de conceptos” en el sistema socialista vigente cubano que la población aun espera. En la pasada reunión celebrada por Asamblea Nacional cubana a principios de este mes, ha pedido paciencia tras algunas medidas iniciales como la entrega de tierras a agricultores particulares, la concesión por primera vez en años de licencias para taxis privados o la gestión de barberías y salones de belleza. La eliminación del igualitarismo salarial, con un sistema de pago por rendimiento laboral con el fin de aumentar la productividad, no termina de aplicarse por obstáculos burocráticos.
En cuanto a los avances, levantó prohibiciones y regulaciones como las que impedían a los cubanos hospedarse en hoteles o alquilar coches, comprar ordenadores, DVD o microondas, cuya comercialización estaba restringida a la isla y que se permitió, según el presidente cubano por “la mejoría de la generación eléctrica que muestra el país”. El acceso a la telefonía móvil también se ha permitido, pero ¿qué cubano puede permitirse ese lujo? Internet, también es otro tema de debate, menos del 0,8% de los habitantes de Cuba poseen conexión desde sus casas a la red mundial, la gente se apaña como puede: en oficinas de la empresa de telecomunicaciones (Etecsa), hoteles, hospitales, aeropuertos, ministerios y redacciones de los principales medios nacionales, entre otros centros laborales, donde los empleados pueden acceder a Internet. Además, la conexión más barata cuesta 5 pesos cubanos convertibles o 125 pesos en moneda nacional, equivalente a la mitad del salario mínimo mensual en Cuba, y a parte de ser conexiones caras, son excesivamente lentas.
Tras cuatro años de gobierno a cargo de Raúl Castro, en la pasada sesión parlamentaria, la reforma económica era uno de los puntos más esperados por los cubanos, pero el presidente cubano no se pronunció sobre ello. Al inicio de la misma, el ministro de Economía y Planificación, Mariano Murillo, se encargó de asegurar que “no se puede hablar de reformas. Estamos estudiando una actualización del modelo económico. Está en estudio y con mucha calma”. El ministro agregó que la actualización incluye la manutención de planificación centralizada y el rechazo a la economía de mercado, es decir, continúa el rechazo al capitalismo.
Visión internacional del gobierno de Raúl
Con el gobierno de Raúl Castro, se han reanudado las conversaciones políticas con la Unión Europea (UE) y se han recuperado las esperanzas de establecer una comunicación con el presidente norteamericano, Barack Obama, que prometió un diálogo “sin precondiciones con los enemigos de Estados Unidos”.
En el día de apertura de la V Cumbre de las Américas, celebrada en Puerto España en abril de 2009, el presidente Obama, en medio de presiones de sus vecinos latinoamericanos, encabezados por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, reconoció que el embargo económico a Cuba ha sido un fracaso a lo largo de los 47 años que se ha aplicado y que está preparado para que su administración junto con el gobierno cubano se involucren en una amplia gama de asuntos en los que incluyó derechos humanos, libertad de expresión, reformas democráticas, drogas y asuntos económicos. Esta declaración se hizo después de que la Unión Europea levantara algunas restricciones a ciudadanos con familiares en Cuba, como la de viajar a la isla o el envío de remesas. Además, el presidente ofreció “buscar un nuevo comienzo con Cuba”. El diálogo comenzó con el “sí” de Cuba a una propuesta hecha por Obama, para comenzar las conversaciones con respecto a la migración irregular y el tráfico de drogas.
En cuanto a la Unión Europea, los Veintisiete esperan que los nuevos cambios económicos desemboquen en un cambio social en relación con los derechos humanos. A principios del pasado mes de julio, el Gobierno cubano anunció que a lo largo de los siguientes tres o cuatro meses liberaría a 52 presos políticos de los 75 que fueron detenidos en la Primavera Negra de 2003. Este mismo año, Raúl Castro inició un inédito diálogo con la Iglesia Católica y con el ministro español de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, para liberación de los presos políticos sin delito de sangre o terrorismo. Lo curioso es que los medios estatales cubanos mostraron la visita del ministro español de Exteriores, pero no difundieron sus palabras. Según informó el periódico austriaco DER STANDARD, “no sólo estuvo tomando café con Raúl Castro, sino que le prometieron la liberación de 52 presos políticos, fue magnánimamente omitido” . Esto no va muy bien con el “cambio político” de Cuba que se ha intentado anunciar en Bruselas y Washington. “La crisis económica ha puesto a Cuba en jaque. El Gobierno tiene dificultades para pagar sus créditos. Un acercamiento a la Unión Europea y a Estados Unidos es, amargamente, necesario, para recibir nuevos créditos internacionales y evitar la quiebra del país”, afirmó DER STANDARD.
En el acto de clausura del quinto período de sesiones de la séptima legislatura de la Asamblea Nacional de Poder Popular, celebrado el 1 de agosto, Raúl Castro aclaró que la intención de liberar a 52 presos políticos se debe a que “la Revolución puede ser generosa porque es fuerte”, pero del mismo modo reiteró que “no habrá impunidad para los enemigos de la patria, para quienes intenten poner en peligro nuestra independencia”. Es decir, el régimen continúa aunque parece ceder con los reos políticos. “Que el rigor represivo se atenúe, como ha sucedido con estas excarcelaciones, no equivale a la consolidación de un espacio de libertad para la disidencia”, declaraba el periódico EL PAÍS.
Si se compara el régimen y el sistema implantado en Cuba desde hace casi 50 años con el de otro país vecino o alguno europeo o norteamericano, parece que está desfasado en todos los ámbitos, y los ajustes económicos algo “democratizadores” no suponen demasiados avances y no pretenden convertirse en ajustes políticos. El pueblo cubano ha tenido que esperar medio siglo para recuperar algo de libertad, pero aun así quizás es demasiado pronto para creer que Cuba va a iniciar una transición democrática o que va a iniciar cambios encaminados a una economía liberalista. El ritmo de la isla lo siguen marcando los hermanos Castro y de momento, los cubanos, la Unión Europea y Estados Unidos serán actores secundarios. Habrá que esperar a que el gobierno de Raúl se atreva a pasar de los ajustes a los cambios.