Según un estudio realizado por la Universidad de Cambridge para el que se han analizado más de 500 millones de mensajes basura, la cantidad de correos electrónicos no deseados (spam) que recibimos cada día depende (entre otros factores) de la primera letra de nuestra dirección de e-mail.
Parece ser que los correos que comienzan por “a”, “m” o “s” son más propensos a recibir correo basura.
Según informa la página web de la BBC, las direcciones de correo electrónico que comienzan por las letras A, M o S reciben un 40% de spam, mientras que aquellos que eligieron la Q o la Z para sus direcciones sólo reciben un 20%.
Estas diferencias podrían explicarse por el método que utilizan los spamers a la hora de generar las direcciones a las que bombardean.
Muchas veces los spamers utilizan una dirección real que saben que está activa (pedro@dominio1.com) y le cambian la segunda parte (la que identifica al proveedor del servicio) por otra (pedro@dominio2.com).
Si se tiene en cuenta que en Reino Unido es más habitual que un nombre comience por M a que comience por Q, la razón por la que uno recibirá más correo basura que el otro parece clara.