“Es terrible que después del sufrimiento que llevas a tus espaldas, tengas que ir al juzgado preparada para que te sigan dando golpes. Porque eres tú la que has denunciado pero de repente sientes que te están juzgando”. Son las palabras con las que Gloria define el calvario que sufren algunas víctimas de violencia de género cuando comienza el proceso judicial. Ella salió de un primer infierno de malos tratos pero ahora siente que se ahoga en un segundo infierno, el de la justicia. “Es increíble cuando escuchas que con una simple denuncia le arruinas la vida a un hombre”, reflexiona, “ojalá la gente supiera lo que tenemos que pasar las mujeres para demostrar que somos víctimas. Es evidente que tenemos que denunciar, que tenemos que salir de ahí y pedir ayuda, pero es importante también que no se nos juzgue y seamos doblemente víctimas”.
En 2022 se registraron en La Rioja 893 denuncias por violencia de género y un año más tarde, en 2023, la cifra aumentó un 10%, hasta las 983 denuncias. De todas las medidas de protección solicitadas en ambos ejercicios, se adoptaron las mismas, 251 en cada año. Sin embargo, crecieron notablemente las órdenes de protección denegadas; mientras que en 2022 se denegaron 48, en 2023 fueron 76 las que se denegaron y once las que ni siquiera fueron inadmitidas.
También crecieron notablemente los sobreseimientos, es decir, los casos archivados. En concreto, el sobreseimiento libre creció en un 200%, pasando de 1 a 3 casos archivados de forma definitiva, y el sobreseimiento provisional aumentó en un 20%, pasando de 179 casos archivados de forma provisional en 2022 a 215 en el año 2023.
La misma tendencia creciente se observa si se tienen en cuenta los últimos datos oficiales, los del segundo trimestre de este año 2024, y se comparan con el mismo periodo del año anterior. En este caso, con un número de denuncias prácticamente igual en uno y otro periodo (245 de abril a junio de 2023 y 247 de abril a junio de 2024), descienden en un 34% las órdenes de protección adoptadas y crecen en más de un 45% los casos archivados de forma provisional que pasan de 48 a 70.
La primera denuncia que Gloria puso contra su ex marido es una de esas que engrosan la estadística de casos archivados. El juez consideró que no había pruebas suficientes. “El problema es que muchas veces es tu palabra contra la suya y mientras tú estas emocionalmente rota, él sigue siendo una persona calculadora”, explica esta joven riojana, “te acusa de ser una manipuladora, una mentirosa, una loca, y tu acabas defendiéndote de cosas que no has hecho y cada informe que presentas es cuestionado. Él en cambio no ha tenido que demostrar nada a pesar de todas las evidencias”.
El abogado de Gloria asegura que, en todos sus años de experiencia, nunca había presentado un caso tan documentado como este y, sin embargo, es el primero que le archivan. “Ha habido cambios tras la pandemia, todo está saturado y estadísticamente no pueden permitirse tener casos abiertos así que se van archivando”, señala. Sin embargo, desde el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja niegan esta tendencia y aseguran que las cifras no presentan cambios significativos.
Desde los colectivos feministas sin embargo van más allá y hablan incluso de Violencia Institucional Machista. “Llevamos meses acompañando a Gloria y vemos que no se han tenido en cuenta pruebas e informes que confirman la violencia que ha sufrido y que todo ello constituye un posible caso de Violencia Institucional Machista”, señalan desde la asociación Kirké. Este tipo de violencia contra las mujeres se ejerce por parte de quienes, formando parte del servicio público, discriminan, dilatan, obstaculizan o impiden el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, niñas, niños y adolescentes, así como su acceso al disfrute de derechos y a políticas públicas destinadas a prevenir , atender, investigar, sancionar y erradicar las violencias machistas.
Por todo ello, se ha decidido trasladar la información sobe este caso al Observatorio de Violencias Institucionales Machistas, un espacio creado de forma colectiva por más de una veintena de organizaciones de la sociedad civil de diferentes comunidades autónomas además de cinco expertas individuales.
Desde Kirke tratan de esclarecer también si este tipo de violencia se está ejerciendo sobre otras mujeres en La Rioja. “Es inadmisible que las víctimas de violencia machista tengan que enfrentarse a un sistema que permite este tipo de abusos hacia ellas, ya que no solo se estaría dañando a esta mujer sino que además se estaría dejando en una situación de desprotección gravísima a otras mujeres que tienen miedo a denunciar porque temen enfrentarse a calvarios como el de nuestra compañera”, señalan.
Aseguran además que hace tiempo que observan con preocupación los datos procedentes del Juzgado de Violencia contra la mujer. “Cada orden de protección denegada nos genera grandes dudas sobre la seguridad de las mujeres, igual que cada sobreseimiento”, denuncian. Aportan además datos que evidencian que en otros juzgados de España se observan tendencias similares. “Conocemos por ejemplo el caso de los juzgados de Badalona, en el que, según declaraciones del OVIM a medios locales, alrededor del 70% de las ordenes de protección a víctimas de Violencia Machista son denegadas. Hay que tener en cuenta, además, que una de cada tres mujeres en nuestro país no tiene acceso a un juzgado especializado en Violencia de Género”.
Creen que todo esto hace que vaya creciendo la desconfianza de las mujeres hacia el sistema judicial al mismo ritmo al que crece el negacionismo de la violencia machista. “A mi agresor le han creído cada palabra de su declaración. A mí me lo cuestionan todo. Pero la que sigo estando en riesgo soy yo, la que tiene que tiene que dejar a su hijo con él cada fin de semana soy yo, y si un día pasa algo, deberá pesar sobre todos esos que hoy me toman por loca”, sentencia Gloria.
A pesar de todo, asegura que no se siente sola. “Es importante que las mujeres sepan que siempre van a estar acompañadas y respaldadas. Para mí ese sostén es fundamental”, explica. En esto mismo inciden desde Kirké. “Queremos transmitir a todas las mujeres que nunca van a estar sola, que en La Rioja contamos con una red tupida de asociaciones feministas y mujeres que constituyen un espacio seguro en el que pedir apoyo”, señalan, “es importante que todas las mujeres que hayan vivido situaciones similares se pongan en contacto con nosotras o con cualquier otro colectivo para que podamos ayudarles porque ni siquiera la violencia institucional machista va a callarnos”.