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Depresión y riesgo cardiovascular

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Nancy Frasure-Smith, de la Universidad de Montreal (Canadá) directora del más reciente estudio sobre esta materia, asegura que tanto la depresión mayor como la el estado de ansiedad generalizada son más frecuentes en los pacientes cardiacos que en el resto de la población pero, “aún más importante -advierte- ambas situaciones pueden incluso duplicar el riesgo de que se produzca un accidente cardiovascular en los dos años siguientes”. Su nueva investigación se distingue de hallazgos anteriores porque incluye a pacientes con cardiopatía -enfermedad del corazón- estable, no a los que están en el hospital o han pasado por él debido a episodios graves, como infarto de miocardio, que suelen ser el objetivo de este tipo de estudios.

Según indica en el último número de la revista científica 'Archivos de Psiquiatría General', para llegar a esta conclusión su equipo estudió el estado de 804 pacientes con cardiopatía estable durante dos años.

Sobre el total, el 27 por ciento de los individuos dieron signos de experimentar depresión, y el 41 por ciento, de ansiedad. Se diagnosticó depresión mayor al 7 por ciento de los individuos, y trastorno por ansiedad al 5 por ciento.

No sólo las enfermedades diagnosticadas, sino el hecho de haber manifestado alguno de sus síntomas, incrementaba en todos los casos el riesgo de que se produjera un episodio coronario de relevancia. De entre todos los factores, los más preocupantes fueron los de la depresión, que llegaba a multiplicar el riesgo por 2,85.

“Ahora que sabemos que tanto la ansiedad como la depresión son marcadores de riesgo aumentado, es imperativo que proporcionemos a estos pacientes los mejores tratamientos no sólo para su condición cardiaca, sino también para sus afecciones psiquiátricas”, ha declarado Frasure-Smith.

“Están plenamente justificados los esfuerzos por ayudar a estas personas a reducir sus factores de riesgo cardiovascular, entre los que habrá que incluir la depresión y la ansiedad”, concluye.